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"Hay dos tipos de humanos, dos tipos de personas que viven en dos tipos de dimensiones, la dimensión "A" y la dimensión "B". Algunos decían que había una tercera dimensión llamada "C", pero otros decían que solo eran estupideces que decía la policía para justificar las desapariciones de los ciudadanos cuando se unían los universos "A" y "B" (Que, por cierto, se unían solo una vez al año). Si el alma gemela de alguien moría, aquella persona se quedaría en su universo para siempre.
Podrás comunicarte solo con tu alma gemela cuando sienta algún tipo de emoción más fuerte de lo normal, usualmente una negativa como es una ira muy fuerte, el miedo, la tristeza... por este motivo normalmente nadie quería hablar con sus almas. Si las almas tienen un hijo, ambos serán devueltos a sus dimensiones, y solo uno de ellos podrá quedarse con el nacido.
¿Serías capaz de encontrar a tu alma gemela? ¿Perderías en el intento?
¿Realmente quieres intentarlo?"
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A
Izuku llegó a casa con lágrimas en los ojos, limpiándose el orificio de la nariz con la manos hecha un puño, marchándose hasta su habitación, admirando el silencio de su hogar. Se sentía tan... Vacío. Siempre lo veía todo terriblemente sucio a pesar de que estuviese impoluto.
Era simplemente porque la echaba de menos.
Su madre se había marchado a "C" hacía dos años, por tanto dejándole sólo en casa. O bueno, eso era lo que él creía.
Hacía dos años, después de la unión de los dos universos su madre había desaparecido misteriosamente y, hablando con total honestidad, prefería pensar que su madre era feliz a pensar que la habían secuestrado o peor, que la habían asesinado o se había marchado o...
Simplemente deseaba tener esperanza. Quizás solo deseaba pensar que estaba en algún lugar mejor que su maldita casa.
Dejó su mochila en su habitación, saliendo seguidamente para poder marcharse a la cocina a prepararse algo de comer a pesar de no tener demasiada hambre. Su madre siempre le dijo que era necesario comer aunque no se tuviese apetito.
