Crossing The Line ||·EreMika·||

Capítulo 29: No te detengas

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Capítulo 29

Eren y Mikasa finalmente chocan en una pasión desenfrenada.

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Mikasa POV

¿Era posible arder por el deseo y la necesidad desenfrenada de alguien? ¿O sentir que tu interior se derrite con la pasión ardiente que se filtra por tus venas? La respuesta a todo eso era sí, ya que eso era exactamente lo que sentía ahora. Mi espalda fue golpeada contra la pared, mis dedos ásperos encontraron su camino hacia mi cintura mientras un par de labios carnosos se movían contra los míos. Mis manos estaban frenéticas sobre su cuerpo, ya que no sabía dónde tocarlo. Mi ritmo cardíaco se aceleró con cada segundo mientras nuestras lenguas luchaban furiosamente entre sí. Había perdido la noción de la hora en este punto, sin tener idea de cómo terminé desde el sofá hasta el final del pasillo. Su boca se sumergió en mi cuello, sus labios y lengua feroces mientras lamía un camino por su clavícula. ¡Más! Quería ver más de él. Mis manos bajaron por la parte superior de su camisa, mi necesidad era tan urgente que le arranqué la camisa de su cuerpo. Los botones cayeron al suelo uno por uno, mientras pasaba mi mano por su pecho musculoso. Mikasa. Mi nombre escrito con orgullo sobre su pecho anunciando quién lo poseía mientras pasaba un dedo posesivo sobre él.. Así es. El era mio. Todo mío. Su corazón me pertenecía.

Impulsada por una intensa urgencia por él, choqué mis labios contra los suyos. Moretones, feroz y áspero. Gruñó contra mi boca, dándolo tan bien como pudo, mientras sus manos tiraban del dobladillo de mi camisa. Su agarre fue duro y supe que iba a destrozar mi vestido. Con extrema dificultad, logré apartarlo. Sus ojos se llenaron de confusión y lujuria cuando me apresuré a pasar junto a él hacia el centro del pasillo. Mis ojos sostuvieron los suyos, mientras desataba el nudo de mi blusa, levantándola sobre mi torso con un poco de burla. Podría haber jurado que escuché un "joder" de su boca, cuando le expuse mi pecho con sujetador. Mis pezones se endurecieron como una roca contra la tela transparente, mientras sus ojos la recorrían.

Contrariamente a lo que esperaba de él persiguiéndome, se apoyó contra la pared, esperando mi próximo movimiento. Sus labios se separaron y sus ojos se ensombrecieron mientras me miraba. Eren siempre me hizo sentir como si fuera la mujer más sexy del mundo. Sus ojos me desafiaron a hacer lo peor, mientras los míos se llenaban de determinación.

Él lo pidió.

Deslizando mi mano lentamente por mi torso y hacia mi falda, la bajé tan pacientemente como pude. Su mirada descaradamente recorrió mi cuerpo medio desnudo ahora cuando di un paso atrás. Es hora de que saque las armas pesadas. Di pasos vacilantes hacia nuestro dormitorio, deteniéndome justo afuera antes de mirarlo por encima del hombro. No se había movido de su lugar, confiado en que tarde o temprano me tendría. Estaba goteando de excitación aquí, pero él todavía tenía una especie de apariencia sobre sus acciones. Quería que él estuviera tan desquiciado como yo. Quería ese comportamiento animal crudo de él. Desabroché el broche delantero de mi sostén, dejando que mi pecho se derramara, mientras lo dejaba a un lado. Podía sentir sus ojos perforando mi espalda. Mirándolo una vez más, me deshice de mis bragas, sacudiendo mi trasero mientras lo hacía, lo que me ganó una maldición inmunda de él. Su pecho subía y bajaba, los ojos ardían mientras caminaba sin apresurarse detrás de mí. ¡Tengo un punto!

Volví a entrar hasta que sentí la cama, me incliné sobre ella y abrí las piernas. No podía esperar más por él. Mis dedos ya se abren camino dentro de mi coño, justo cuando sentí su presencia inminente. Ya era hora.