Que Más Da

Capítulo 1

Mila Martini

Agarre mi celular con los ojos entre cerrados soltando un pequeño quejido mientras apagaba la alarma que resonaba por toda mi habitación, no quería levantarme y más porque era lunes.

Justo entro mi madre a levantarme, me tape el cuerpo entero con mis sabanas, pero me destapo y saco las sábanas de la cama y las iba a poner en la cesta que tenía en el brazo cuando entro mi hermano pequeño y agarro las sábanas y se cubrió como Batman y salió corriendo, mi madre me miro algo cansada mientras se reía, me dejo sola y empezó a perseguir a mi hermano que parecía Flash por lo rápido que corría.

Me levanté de la cama y me puse mis chanclas y fui al baño, me tome una ducha rápida y cuando termine me puse un top verde, unos jeans negros rotos anchos y unos tenis Nike, me peine y me deje el cabello suelto, me encanta el color de mi cabello, es un castaño oscuro y un poco largo.

Baje a la cocina y agarre el sándwich que me hizo mi madre, me lo comía mientras me despedía y agarraba mi mochila, salí de la casa y me fui a la estación de buses, cuando llego el bus de la escuela me subí y me senté en la parte de atrás.

Mi mejor amiga, Lada, no ha ido a clases desde la semana pasada, no me aviso de que no iba a ir a clases, pero lo más probable es que no haya ido porque era el cumpleaños de su madre y se hayan ido de viaje, así que no me preocupo mucho.

Al llegar a la escuela, fui a mi aula, pero no había llegado la maestra así que esperé afuera. Iba a escuchar música, pero me di cuenta de que no había traído mi celular.

Mierda.

Deje mi mochila enfrente de la puerta y baje las escaleras muy rápido. Ya estaba afuera de las instalaciones, pero me acababa de acordar que hoy no traje mi bici.

Que bien va mi día.

Solté un suspiro cuando de repente veo que una camioneta grande se para frente mío, la persona dentro bajo el vidrio y vi que era, ¿Jacob, Jacob Viken?

Este día es de locos.

-Eeemmm, hola. Dije un poco nerviosa

- ¿Qué haces aquí? Me dijo con un tono muy frio y desinteresado.

-Nada.

-Mhm. Dijo incrédulo alzando las cejas.

-Bueno, es que he olvidado mi celular en casa y no tengo como llegar.

-Sube.

- ¿Qué? Dije un poco nerviosa.

-Serás sorda o que. Se murmuro a el mismo pensando que no lo había escuchado.

Arrugue mis cejas

-Que subas. Me repitió.

-Per... Me corto.

-Pero nada, solo sube.

Le di la vuelta a la camioneta para llegar al otro lado, era una camioneta Mercedes negra con los vidrios oscuros, era muy bonita. Cuando me subí, el interior también era oscuro, los asientos eran de cuero negro.

- ¿Dónde queda tu casa?

-Me pasas tu celular. Le dije una vez más nerviosa.

-Ten. Me lo dio sin pensarlo.

Deslice mi dedo por la pantalla, pero no se desbloqueó, tenía contraseña, le pase el celular para que lo desbloquear, lo desbloqueo y me lo volvió a dar.

Busqué entre sus aplicaciones Google Maps, cuando la encontré le di clic y puse mi ubicación, cuando le iba a pasar el celular, llego una notificación de un número desconocido que decía que tenía que irse o..., me arrebato el celular cuando vio que estaba leyendo el mensaje, me miro como si quisiera matarme y yo solo le sonreí apenada. Puso el celular en su muslo y arranco.

En todo el camino, estábamos en silencio, el camino de mi casa a la escuela es algo largo.

Lo miraba de reojo, iba vestido todo de negro y con cadenas.

Este hombre sí que le encanta el negro.

Tenía el cabello algo ondulado y de color rubio oscuro y tenía unos ojos muy preciosos, eran azules casi grises y tenía un tono de piel muy pálida, era muy... extraño, pero a la vez... lindo.

Por favor, Mila tienes novio.

***

Cuando llegamos a mi casa me baje y saque las llaves de mis bolsillos, a esta hora mi madre ya no estaba en casa al igual que mi hermano.

Cuando estaba abriendo la puerta vi que Jacob estaba detrás mío esperando a que me moviera para que el entrara, lo mire con cara rara y el me hizo una seña de que me moviera, me moví y de inmediato ya estaba sentado en el sillón, lo mire y el me miro con cara de que fuera a buscar mi celular, reaccioné y subí las escaleras y entre a mi habitación, fui a la mesita de noche y lo agarre.

Baje las escaleras y cuando gire hacia la sala no estaba ahí, me volví a girar y vi que estaba atrás mío comiendo una manzana roja. Me vino un escalofrío al cuerpo.

- ¿Ya?

-Si...

Fuimos a su camioneta y en todo el camino estuvimos en silencio.

-Llegamos.

-Bueno, gracias por traerme. Le sonreí mientras me bajaba.

-Okey, ya vete.

-Adiós.

-Mhm. Dijo mientras ponía los ojos en blanco, arranco el motor y se fue.

Al lo mejor fue a estacionarse.

Tomé mis clases como de costumbre y no lo volví a ver.

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