Asignación: Cambio de Rol AU FINAL MIX.

Aizawa vs. Aldera, Parte 2

Héroe Underground local quiere derrotar físicamente al director de Aldera.

Se conforma con una demanda.

O: El arco de Aldera finalmente llega a su fin, e Izuku le revela toda la verdad a Aizawa.

"Hola hace poco estaba caminado por la calle cuando un grupo de payasos me secuestraron y me abandonaron en un basurero, una cosa me llevo a otra y ahora estoy siendo llevado a prisión por patear niños y ancianos en Kazajistán, pero en el camino a la celda recordé que debo actualizar la historia cambio de rol y eso es lo que los trae el día de hoy y de paso llamen a un abogado el internet en Kazajistán es pesimo :v"

Ellos no lo dejan ser.

No, eso sería demasiado simple. Demasiado bueno, demasiado amable. Sus corazones vacíos no tienen lugar para la compasión, ni en este mundo, ni en esta vida.

Ellos están obligando a Midoriya a testificar.

Como si los videos no fueran suficientes. Como si los documentos escritos no fueran suficientes. Como si las declaraciones descaradamente falsas de Aldera corregidas por Shouta Aizawa y Nedzu no fueran suficientes.

Todo debería haber sido suficiente, Shouta lo sabe. Suficiente para evitar que Midoriya vuelva a ver a sus antiguos maestros o al director.

Y, sin embargo, aquí está Shouta, en lo que podría ... lo que debería haber sido una tarde normal de miércoles, enviándole a su estudiante un mensaje de texto pidiéndole al chico que se reúna con él fuera de los dormitorios.

Este no es el tipo de noticias que Shouta quiere dejarle a su hijo en un mensaje de texto, después de todo.

(Tampoco es el tipo de noticia que Shouta quiere dar, pero eso es irrelevante a estas alturas).

Midoriya no tarda mucho, ni siquiera pasan cinco minutos antes de que su niño problemático entre por la puerta, con los ojos escaneando el terreno y mirándolo de inmediato.

"¡Sensei!" Midoriya grita, emocionado, y Shouta no puede evitar preguntarse si Midoriya alguna vez habría llamado a sus maestros anteriores de una manera tan alegre.

Si las cosas hubieran sido diferentes, tal vez.

Si sus maestros no fueran todos unos puros idiotas y sin vergüenzas.

"Vamos a dar un paseo", dice Shouta, la amargura que sale cada vez que piensa en Aldera es difícil de mantener. "Tengo algo que decirte."

Se alejan apenas a dos pasos de los dormitorios antes de que Midoriya grite: "¿Mi mamá está bien?"

"Por supuesto", asegura Shouta, aunque perplejo. "¿Por qué no lo estaría?"

"Te ves... molesto", admite Midoriya, su respuesta un poco vacilante, luciendo tímido pero aliviado con su primera suposición equivocada. "Si fuera un intercambio, estarías feliz. Y creo que hemos pasado el punto en el que me expulsarías-"

"Ya pasamos eso", interrumpe Shouta, porque es cierto y Midoriya debería saber esto a estas alturas.

Midoriya se ríe. "Me alegro, me gusta estar aquí". Luego, inclinando la cabeza, pregunta: "Entonces, ¿cuál es el problema?"

Por un momento, solo un instante o dos, Shouta considera mentir. Considera hacer caso omiso de las preocupaciones de Midoriya y poner una excusa, tal vez simplemente dejarle una nueva tarea e intentar decírselo de nuevo mañana, el jueves, o tal vez incluso el día de ...