𝕏𝕏𝕀𝕍 // ℝ𝕒𝕘𝕒𝕜𝕠

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Narra _____

Habíamos avanzado lo suficiente y el sol ya empezaba a bajar estábamos a poco de llegar a lo que era Ragako, el pueblo de Connie.

Estábamos llegando pero no había gente alrededor, por un momento pensé que podrían haber escapado a tiempo o tal vez todos habían muerto en las manos de los titanes, me sentí mal por Connie, seguimos avanzando, ví el pequeño establo con los caballos dentro dando una confirmación a lo que era más seguro, aquellos gigantes habían matado a todos.

Connie se dirigió rápidamente a donde estaba su casa y no dude en seguirlo quería asegurarme de ayudarlo en caso de que hubieses suscedido lo peor, a medida que avanzabamos me di cuenta de que no había ni un rastro de sangre, ni un trozo de cuerpo humano.

Vi a mi amigo detenerse frente a una casa que tenía un titán sobre ella, pero el gigante no se movía, baje de mi caballo para dirigirme al lado de Connie el cual soltaba más lágrimas con cada segundo que pasaba, supuse que era su casa, me dolía verlo así, no llevaba su típica sonrisa se veía totalmente desvastado, me acerque a él para abrazarlo, sabía perfectamente que necesitaba un apoyo en ese momento, había quedado solo en el mundo sin ningún familiar. No dije nada y tampoco lo iba a hacer hasta que el estuviera mejor y quisiera hablar. Mi hombro se humedecia con las lágrimas de mi amigo, ví que el resto se acercaba al lugar.

—¡Connie!¡_____!¡Retrocedan! -Grito Reiner cuando el titan intento moverse.-

—Oigan esperen ese titán no puede moverse con extremidades como esas es imposible que se mueva ¿¡Como diablos llegó ahí!?

Comenzamos con la búsqueda de algún sobreviviente aunque en el lugar no había ningún rastro de sangre o cuerpo que fuera perteneciente a algún humano, busque en todas partes sola no me sentía lo suficiente segura como para estar con Bertholdt a pesar que este estaba con Reiner, así que opte por andar con el cuchillo en mano, recordé a Levi y la noche anterior pensar que hace unas horas estaba todo bien, quería volver a ayer y poder estar abrazándolo y besando sus delgados labios, volví al lugar de encuentro, en dónde estaba Connie aún llorando.

—¿Algún sobreviviente? -Pregunto Reiner seguido por Bertholdt.-

—No.

—No sobrevivió nadie, es el fin, no hay nadie más... -Las lágrimas de Connie seguían cayendo.- Mi hogar ya no existe en ningún lugar. Ustedes también sintieron esto ¿Verdad?

—Hay algo raro, no veo ningún rastro de sangre o algún cadáver por ninguna parte. Puede ser que hayan alcanzado a escapar.

Sabía perfectamente que esa teoría no encajaba ya que todos los caballos seguían en las pequeñas caballerizas del pueblo, pero si decirle eso como una opción y una esperanza cruel para que no decayera en ese momento, servía totalmente. Connie se dispuso a hablar pero el soldado que estaba a cargo de nuestra escuadra llegó.

—¿Alguno de ustedes a visto algún cadáver?

Todos negamos a su pregunta.

—Eso significa que todos alcanzaron a escapar. También tu familia. -Dijo otra soldado.-

—Eso mismo es lo que decía _____. -Hablo Reiner.-

—¡Eso debe ser!¡No hay ninguna otra explicación! -Dijo Connie viéndome con cierta emoción mientras su voz tiritaba levemente.-

Vi el rostro de los demás soldados, ellos sabían perfectamente que estaban aún los caballos en el lugar, su objetivo era el mismo que el mío no dejar que Connie cayera.

—¡Vamos a buscar el agujero de la muralla! -Ordeno el soldado a cargo.-

Ya teníamos las antorchas suficientes para la noche y los caballos estaban alimentados, el sol se encontraba cada vez más abajo dejando ver un leve tono naranjo. Nos subimos a los caballos, me quedé al lado de Connie no iba a dejarlo solo, todavía teníamos la duda de que había pasado con la gente del pueblo. Y si había perdido a toda su familia y a su pueblo natal quería ser ese apoyo emocional que el necesitaría.

Destinados para estar juntos  ~ Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora