𝕏𝕀𝕍 // ℙ𝕖𝕤𝕒𝕕𝕚𝕝𝕝𝕒 (𝕀𝕀)

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Narrador omnisciente

La castaña intentaba no cabecear por el sueño que tenía, ahora su espalda se apoyaba en la pared, el hombre que se encontraba a centímetros de ella se encontraba con la mirada perdida en los árboles que estaban a unos cuantos metros, disfrutaba la tranquilidad que le generaba la compañía de la joven, sin darse cuenta ninguno de los dos la menor empezaba a dormirse apoyándose inconscientemente en el hombro de su superior, el cual al sentir ese inesperado peso apoyarse en el se tenso, no sabía que hacer, no sabía si la tenía que despertar o dejarla descansar o quizás se estaba haciendo la dormida pero la idea fue descartada inmediatamente al escuchar la calmada y profunda respiración de la joven.

El capitán agradecía internamente de que nadie estuviera viendo la escena, ya que un leve sonrojo había cubierto su rostro, luego de un debate interno sobre despertarla o no, la dejo dormir, si bien aún habían algunos soldados afuera nadie estaba cerca para ver esa escena, además de que quizás si no había dormido bien la noche anterior eso no le ayudaría para el día de mañana. Habían pasado unos pocos minutos no más de cinco en que la joven se encontraba totalmente dormida en el hombro de su superior cuando empezó a mover su cabeza un tanto inquieta, su respiración se estaba acelerando y se notaba pesada, el hombre que ya se estaba acostumbrado a la joven dormida se preocupo, intento moverse para que se despertara pero la joven estaba tensa, la movió lo suficiente para que la joven se logrará despertar, la cual apenas despertó se incorporó al ver a su superior, si bien tenía miedo por su sueño, también sentía un temor por lo que diría el capitán; ninguna de las cosas ayudaba a qué se calmaran sus temblores incesantes, ni las lágrimas que caían sigilosamente por sus mejillas.

—Tranquila... Tienes que intentar calmarte, fue solo un sueño. -Hablo el hombre dirigiéndose a la joven, aunque no sabía cómo hacerlo.-

Un leve asentimiento con la cabeza fue expresado por la castaña que se mantenía cabizbaja para evitar la mirada constante de su superior, la vergüenza que sentía en ese momento por haberse quedado dormida apoyada sobre el hombro de aquel hombre iba aumentando y más el temor por su pesadilla recién acabada. El capitán no sabía que hacer lo único que sabía es que la joven no estaba en un momento fácil el también tenía pesadillas no recurrentemente pero a veces si las tenía. A pesar del estado en el que se encontraba, la joven se intento levantar para marcharse de aquel lugar, pero antes de que pudiera completar la acción el capitán, sostuvo su brazo provocando un leve sobresalto en la mujer.

—Siéntate.

No hubo respuesta, solo se quedó quieto en la misma posición.

—Es una orden.

Levi se levantó de dónde estaba dejando a aquella soldado sola, camino hasta una de las entradas de el cuartel de la Legión, llegó a la cocina para preparar un té caliente llevándolo con sumo cuidado a dónde había dejado a su subordinada.

—Ten, te ayudará.

—Gracias...

La joven abrazaba sus piernas mientras se tomaba el té, acompañada de su capitán, el silencio era lo único que había, ya ningún soldado estaba afuera, pero de igual manera se escuchaban los ruidos de el interior del cuartel.

—Lo siento.

—No tienes por qué disculparte.

—Si... Me quedé dormida apoyada en usted, además seguramente quiere una explicación de esto.

—No voy a obligarte a decirme nada. Solo te diré que te tienes que relajar sea lo que sea, al parecer tuviste una pesadilla ¿No? -La joven asintió con la cabeza junto a un leve sí que salió de su boca.- Mañana tenemos que estar preparados desde temprano, será mejor que vayas a descansar, tienes que estar concentrada.

Destinados para estar juntos  ~ Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora