senpai, estás ebrio

senpai...

A pesar de que Nitori había regresado solo unos minutos después de saludarle, se preguntó por decima vez en el día si habría sido lo mejor. En tercer lugar, Samezuka había quedado tercero en el campeonato regional. No era un mal número, no. Simplemente necesitaban apuntar mucho más alto de ahora en más. Eso, sin embargo, no retraso el festejo de los alumnos. Cuando el capitán extendió su mano en el aire, todos sabían de que se trataba, incluso Nitori Ai'ichiro, a pesar de que jamás había participado en uno de ellos. Todos eran más ruidosos que de costumbre, y no es como si eso le molestara, pero la cara de perro de Matsuoka Rin no lo traía sin cuidado.

Eso que intentó por muchos medios convencerlo de que su tiempo y desempeño habían sido excelentes (lo cual era verdad, para él), pero la mayor parte del tiempo lo veía perder todo tipo de expresión en su rostro más que la de un enojo que no tenía destinatario. Contó hasta diez como si fuera un conjuro, dentro de su mente. Suspiró como su costumbre lo dictaba, y regresó a su asiento.

-¿Senpai...?

Su rostro apuntaba hacía la ventana, así que solo encontró contacto visual con sus hebras rojizas. Rin estaba acostado sobre el asiento, con las piernas estiradas despreocupadamente y las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta. Aún estaban sobre el autobús del que habían dejado el lugar del torneo, y las luces artificiales del interior empezaban a hacerse más notorias que las luces violáceas del atardecer.

-¿Uh?

Apoyó su rodilla sobre el respaldo en un impulso al girar sobre la silla. -¡Lo hizo muy bien hoy! F-Fue increíble... así que, no te preocupes. Él no se dio la vuelta ni menos contestó, pero el de pelo grisáceo sintió un poco de alivio por creer que al menos le estaba escuchando. Bajó la cabeza. -...A diferencia de mí... debo esforzarme un poco más para llegar a ser tan bueno como tú...

El conductor del transporte empezó a pegar bocinazos, seguramente irritado con el transito a estas horas. A diferencia del chofer, los demás parecían rebozar de energía y alegría, siendo que cada vez sus voces parecían elevarse más. Ai no tenía problemas con el ruido, al menos no en cierto grado.

Volvió a acomodarse en su asiento y estiró su cabeza hacia atrás, intentando no volver a suspirar de nuevo. Tal vez todo esto del campeonato no era realmente lo importante, ¿verdad?

-Nitori-kun~ - Elevó su cabeza y encontró a otro joven de cabello oscuro.

-¿Sasabe-kun?

Él otro sonrió. -¿vendrás a la cena verdad?

-¿Cena?

-¡Para festejar por el ranking! El capitán nos llevará a comer y a beber~

-Ya veo...-Luego de unos segundos, giró su cabeza. -¿Senpai, irás a...?

-No.

-O-oh.

Aunque Nitori negó una y otra vez, la fuerza de sus compañeros pudo más para traerlo al lugar. Le hubiera gustado gritar que prefería quedarse con Rin senpai pero... no, bueno, si lo hizo.

Era un simple pero elegante restaurante estilo inglés. No tenía pinta de ser uno de esos lugares a los que entraría alguna vez en su vida, sinceramente. Todo el grupo (de casi veinte integrantes) ingresó ruidosamente, y sorpresivamente no fueron reprimidos por eso. Que el capitán fuera amigo del dueño ya cambiaba completamente el asunto. Juntar varias mesas fue suficiente para hacer una mesa larga como las de la realeza, irónicamente. La comida no solo fue gratuita, sino que deliciosa. Aunque él usualmente carecía de un apetito voraz, hoy fue bastante productivo. La carne de cerdo había sido el plato más delicioso que había probado en años, sin duda. Ai contestó las preguntas de otros por aquí y por allá, pero generalmente se mantuvo callado observando al azar, nada en concreto.