Algunas ideas locas que salen de mi cabeza, pero en su parte dos :)
Continuación del libro Irene Ft girls idols, que puedes encontrar en mi perfil.
☆ Contenido GirlxGirl.
☆ Mención en su mayoría de Bae Joohyun "Irene"
☆ Contenido +18 (muerte, escen...
Sanita de mi corazón, te amo mucho, eres el sol de mis mañanas y la luna de mis noches.❤
________ G!P.
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— El área está mal, es más grande, ¿quien hizo esto?
— El equipo de arquitectura, señorita Han.
— Pues esta mal, regresalo y diles que lo corrijan.
— Si, señorita Han.
_______ quito sus gafas, suspiro agotada, tenía dos dias para entregar ese proyecto y obtendría una buena suma de dinero, pero también tenía la cena de cumpleaños de su madre encima y no solo, para ir a dicha cena tenía que viajar de país.
De Corea a Japón, así que su tiempo estaba disminuyendo con cada segundo que pasaba y eso hacía que todo le saliera mal.
Miro por el ventanal, solo debían de firmar y lo habría logrado, no es como tuviera miedo, sabía que las probabilidades de que no firmaran eran de 5 a la factorial, dividida entre 200, pero también contaba con los factores que podrían suceder y hacer que fallara.
Pero ese no había sido su caso, ahora tomaba un avión de vuelta a su hogar, miraba por una de las ventanas del avión, miraba Japón desde las alturas.
Desde hacía mucho que se había mudado a Corea por cuestiones de escuela, desde un inicio, había logrado un intercambio, consiguiendo estudiar en Estados Unidos y luego trasladarse a Corea donde había logrado un convenio con una empresa grande y luego fundar la suya, obteniendo proyectos millonarios, así que se había quedado ahí, en Corea tampoco quería regresar a Japón, había dejado al amor de su vida, pero tiempo después el amor de su vida la dejó a ella.
— Un café Express. Por favor — hablo mirando a la muchacha que atendía.
— ¿A nombre de?
— _______.
— Bien, ¿sería todo?
— Sí.
— Bien, serian doscientos, Yenes.
_______ le entrego su tarjeta.
— Tome asiento, en seguida la llamaremos.
— Gracias.
_______ tomo asiento, volver a Japón hacia que todos sus recuerdos volvieran ella, recordó cuando le pidió que fuera su novia o cuando cumplieron su primer año, pero también recordó que ella la olvidó.
— ¡Señorita, llevo diez minutos hablándole! — murmuró una joven.
— ¿Eh? Ah, sí el café, gracias — murmuró y lo tomo, saliendo de la cafetería, al pararse frente a su antiguo hogar, sintió temblar, habían demasiados recuerdos, habían muchas cosas, pero justo, justo al moverse algo la golpeó — ¿Que demo...?
