La combinación perfecta

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En los días siguientes Dazai no dejó de visitar a Chuuya. Lo que al principio eran malas caras por parte del pelirrojo se fueron convirtiendo en sonrisas de buenos días cada mañana.

-Enano, hoy acaba tu prisión.-dijo Dazai desde la puerta antes de entrar a la estancia, abriendo las cortinas para despertarlo.

-Aagh... Dazai...-refunfuñó hundiendo el rostro contra la almohada para huir del sol.- ¿No puedes dejarme tranquilo ni un día?

-Si te encanta ver mi cara a primera hora.-dijo sonriendo. - Esta tarde vamos a empezar el entrenamiento, que sepas que no tendré ninguna piedad contigo por que hayas sufrido una puñalada.

-Estoy más que recuperado de eso.-gruñó antes de incorporarse y bostezar.- ya no me duelen los puntos, ni tampoco por dentro.-dijo abriendose un poco la bata y rozandose la zona de la herida.

Dazai lo miró de reojo cuando hizo eso. Había encontrado el cuerpo de Chuuya tal vez menos feo de lo que pensaba, aunque claramente era un omega de lo peor, sí.

-¿Puedo ver?-dijo acercándose de forma lenta.

-Uhm...-dijo Chuuya sonrojandose un poco.- si...-susurró antes de dejar que se acercara a él más. Dazai se sentó a su lado y lo miró a los ojos antes de bajar la vista por su pecho desnudo.

Chuuya tenía la piel blanca, pero aparecían algunas pequitas pelirrojas por sus hombros. Eran curiosas, daban un aspecto diferente, algo exótico. No pudo evitar fijarse en lo rosados y suaves que parecían los pezones del chico, acompañando a la natural suavidad de la piel de un omega.

-Posiblemente no se notará casi la cicatriz en un tiempo.-dijo moviendo la mano y rozando su vientre.

-¿Q-quién te dio permiso para tocar?-dijo malhumorado, sintiendo cosquillas cuando lo rozó.

-Tú~ estabas deseando que lo hiciera .-dijo sonriendo de forma altiva.

-Ya, claro -dijo dandole un manotazo suave para apartarle. - no tienes permiso y punto.-dijo poniendo un pucherito y frunciendo los labios, lo que solo hizo que Dazai quisiera tocarlo más.

-Ah~ venga, ¿Vas a ponerte así? Si te he llevado a hacer pis todos los días.-dijo riendo y acercándose a él, tocando de nuevo su vientre.

Chuuya se sonrojó a más no poder y ladeo la cabeza, a punto de decir algo para humillar a la momia. Pero nada mas girarse hacia él, se encontró a escasos centímetros del rostro del castaño, que lo observaban.

-¿Qué diablos te pasa hoy?-dijo nerviosito. Dazai movió su mano y rozó de nuevo su vientre. Entonces Chuuya sin poder evitarlo, rió, agarrandole la mano para que parase

-¿Tienes cosquillas, Chuu?-dijo con cara de demonio.

-¿¡Y a ti qué si las tengo!?-saltó como una gata el chico. Dazai lo agarró de las manos, cogiendo ambas sólo con una de las suyas y así empezando a rozar su vientre con su dedo, robándole carcajadas al chico.

-¡¡Aaaah, para!!-le gritó, entre risas, echándose hacia atrás en la cama.

Dazai lo acompañó y se quedó sobre él, sujetándole las manos sobre la cabeza y sonriendo. Le gustaba tener el poder.

Los dos chicos rieron. La verdad, Chuuya a veces olvidaba lo mucho que odiaba a Dazai.

Cuando las carcajadas cesaron, la realidad los acorraló de nuevo. Chuuya sintió un pequeño ataque al corazón al ver en la posición en la que se encontraban.

Dazai descansaba su cadera y su torso entre sus piernas y seguía agarrando sus manos. La bata de Chuuya había quedado abierta, exponiendo el torso del omega y su vientre. Solo tenía un pequeño pantalón gris puesto.

Fall Down For Me (Soukoku/Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora