Capítulo 42. Sensación que te acompaña.

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Luego de casi dos años, ya consideraban la granja como un hogar permanente.

Kairi había plantado algunas verduras en un pequeño huerto improvisado, con ayuda de Lea, mantuvieron sanos los cultivos hasta que salieron las primeras hojas verdes y como premio a sus esfuerzos, verdura fresca para la cena. Skuld estaba mas que feliz con los árboles de frutas en el jardín trasero. La comida era abundante y el agua del pozo ayudaba de forma cotidiana a mantener los cultivos sanos.

Isa normalmente vigilaba con Terra sobre los autos, acompañados por los fieles perros que se habían vuelto parte de la familia también, tres perros contando a Vanitas y un gato que Sora nombró cariñosamente Meow. Aqua le gustaba pescar serca del río y le enseñaba los diferentes trucos a Ephemer. Ya era una rutina hacer todo tipo de actividades.

Una mañana, Riku se preparaba para un nuevo día de caza. Pero algo en esa mañana era diferente. Cuando abrió la puerta de la habitación, se encontró con un Sora sonriente y un par de pequeños ojos azules en su espalda.

-Sora...- Riku lo llamó.- ¿Que haces?

-¿Que crees que estoy haciendo? Iremos contigo.

-No.

-Si.

-Sora, sabes que no puedes....

-No me importa lo que digas.- Sora lo interrumpió. -No puedes mantenerme encerrado en una burbuja. Se perfectamente que ocurre como consecuencia.

-Pero no puedes arriesgar al bebé así.- Riku frunció el ceño cuando notó que Sora seguía sonriendo.- Roxas cumpliera dos año en unos días y...

-Lo se, y esta creciendo fuerte y sano en este jodido mundo.

Riku se quedó callado. Sabia perfectamente a que se refería Sora, lo habían conversado un par de veces antes. Pero Sora se lo quiso recordar otra vez.

-Se que te preocupas, yo también me preocupo cuando sales a cazar solo.- Comenzó.- Pero debes entender que mantenerme encerrado solo lo harás mas difícil. Y terminaras matándonos a ambos.

-Lo se... -Riku agachó la cabeza, mirando el suelo con tristeza.

Sora vio su mirada triste y se acercó, tomando la barbilla de Riku para que este lo mirara a los ojos con cariño.

-Tranquilo, estaremos bien.- Sora se paró sobre la punta de sus pies y besó los labios secos de Riku, arqueó la espalda para que el menor no hiciera tanto esfuerzo en alcanzarlo.

El beso terminó cuando Roxas vio la oportunidad de jalar el cabello de Riku, ganándose una mirada fulminante del Alfa.

Le dolía saber que tenia razón. Estaban viviendo en un mundo sumamente peligros, a pesar de haber encontrado un buen lugar para asentarse, sabia que afuera aun estaban los peligros de siempre. Incluso, cuando pensaba que las cosas estaban mejorando o ya olvidando lo que es el mundo exterior. Siempre aparecían caminantes solitarios por los campos. Nunca fueron un problema, pero eran un recordatorio de lo que había allá afuera.

Riku acepto a regañadientes la compañía de Sora y Roxas. No porque fueran un problema, al contrario, Sora era un cazador excelente, su agilidad y velocidad superaba con creces a los de Riku, sacándolo de problemas en más de una ocasión. Y Roxas, había demostrado ser un bebé extremadamente tranquilo e inteligente. Sabia perfectamente que los Zombies no eran buenos, debía mantenerse alejado de ellos. Lo mismo con las personas extrañas. Solo mantenía su confianza en las personas que vivían en la granja, pero en casos contrarios, como ocurrido meses anteriores donde encontraban otras personas en sus expediciones, Roxas era un niño totalmente diferente, desconfiado y malhumorado, con ese ceño fruncido que le causaba gracias al grupo pero también extrañeza por la actitud, especialmente a Sora, que esperaba una personalidad dulce y sonriente como Ventus, pero termino siendo todo lo contrario.

Nightmare X Reset [Soriku] OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora