El exquisito champagne, el mejor whisky escocés y la algarabía en cada uno de los invitados denotaba lo esplendorosa que estaba siendo aquella fiesta de cumpleaños. Todo en aquel lugar había sido de primer orden, desde el delicioso banquete hasta la mantelería fina, todo pulcro y exquisitamente cuidado, y como no podía ser de otra manera el punto cumbre de la velada estaba por empezar.La media noche llegó y un espectacular show fue anunciado dando paso al misterio. Las luces se apagaron de golpe dejando el lugar totalmente a oscuras, el murmullo de los presentes se fue disipando a medida en que varias antorchas se iban encendiendo alrededor de ellos. La música árabe comenzó a flotar en el ambiente llenando el lugar de mágica fantasía. El sonido de las flautas orientales, los crótalos y las cuerdas del buzuq anunciaban la apertura de un show por demás sensacional. Los reflectores apuntaron al centro del escenario despejando el misterio. De entre el suave y multicolor cortinaje apareció una exótica bailarina rubia ataviada con un hermoso traje árabe que parecía haber salido de algún palacio del reino de Arabia o del famoso cuento de "Las mil y una noches". De manera magistral, la mujer balanceaba sobre su cabeza una enorme espada de guerrero.
El golpeteo de los tambores marcó el ritmo con el cual la exótica mujer comenzó a mover sus turgentes caderas. El suave bamboleo de su cuerpo no solo empezó a encantar a los presentes sino a dejarlos maravillados cuando miraban con asombro como a medida que aumentaba el baile, ella no dejaba caer la espada que caprichosa oscilaba sobre su cabeza. Su bello rostro parcialmente cubierto por un velo dejaba entre ver unos preciosos y enigmáticos ojos verdes enmarcados en un maquillaje negro que invitaban no solo a seguirla, sino a pecar con el pensamiento.
[Tun, tun m tun, tun, tun, tun] Era lo que se escuchaba en medio de la pista mientras la mujer movía su cuerpo de forma sensual e hipnótica. Manos, caderas y pies danzaban de forma coordinada con el velo que giraba a su alrededor, otorgando a la bailarina un aura por demás mágica y erótica.
La rubia bailaba con total destreza sintiéndose dueña de sus movimientos, logrando que el contoneo de sus caderas mantuviera embobado a casi todos los presentas, y mucho más al afortunado hombre para quien estaba dedicado el show. El hombre en cuestión no perdía detalle de cada uno de los movimientos de la escultural mujer.
De pronto, lo inesperado, ocurrió. El velo que cubría parcialmente a la bailarina voló por los aires dejando su rostro al descubierto. La espada cayó milimétricamente entre sus manos y la mujer por fin miró directamente al hombre para quien había estado danzando. Los ojos verdes de la rubia se encontraron frente a frente con unos zafiros azules que ella bien conocía. Aquel choque de miradas dejó a la bailarina paralizada por segundos sin saber cómo actuar ante el penetrante escrutinio que el joven de cabellos castaños y mirada enigmática le proveía.
La sonrisa irónica y de medio lado no tardó en aparecer sobre el apuesto rostro del caballero que miraba sin reparos a la estática y confundida mujer. —Así que eras la bailarina—pensó el hombre mientras se deleitaba con la visión que tenía en su delante.
Cuando conoció a la muchacha ciertamente le había parecido bonita, pero bastante atolondrada y muy deslenguada, así que no le prestó mayor atención, pero al verla ahí hermosamente vestida con ese traje tan revelador y danzando como si fuera un sueño etéreo, simplemente se quedó tragando en seco y deseoso de saber más de ella.
El hombre de sedosa cabellera castaña para el cual bailaba la danzarina, se encontraba sentado en una especie de trono dorado rodeado de todo tipo de mullidos almohadones y acogedoras telas. Su pose desenfadada no hacía otra cosa más que destacar sus bellos rasgos varoniles y su fornido porte. Acariciando por varios segundos su mentón, comenzó a meditar el siguiente paso que daría con ella.

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BAILE DE MEDIA NOCHE
Roman d'amourA un alto ejecutivo se le celebrará un cumpleaños sorpresa; pero resulta que su sorpresa es nada más y nada menos que la joven parlanchina que lo saca de casillas. La exótica bailarina tendrá que bailar para el peor de sus clientes. ¿Qué sucederá en...