La chica que vino de las estrellas

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"Supongo que debería terminar por hoy."

Entre las calles oscuras de la ciudad de Sainan se podía ver a una figura balancearse entre los edificios con gran facilidad dejando a su paso lo que parecían ser telarañas, deteniéndose en una pared después de escuchar un grito provenir de un callejón para entrar en este de forma silenciosa. La razón del grito se trataba de una chica la cuál vestía un uniforme el cuál consistía de una camisa blanca con un chaleco sin mangas amarillo encima junto a una corbata verde y una falda verde. La chica se encontraba rodeada de tres personas, dos hombres y una mujer, que tenían toda la apariencia típica de ser delincuentes.

"¡Danos todo lo que tengas y no te haremos daño!" Gritó uno de los hombres, el cuál sostenía una navaja en una de sus manos. Los otros dos solo observaban con sonrisas en sus rostros. "Vamos jefe, hay que divertirnos un poco primero." Dijo el otro hombre con una mirada llena de lujuria.

"Si jefe, esta chica se ve deliciosa." Dijo la chica del grupo mientras acercaba sus manos a la peliazul con la intención de manosearla, acto que fue detenido por una telaraña, siendo jalada directo hacia la pared y chocando con esta, dejándola inconsciente. "¡¿Quién hizo eso?!" Gritó el jefe de la pandilla.

"Deberían de dejarla libre, o sino lo más probable es que acaben en un hilo de Twitter acusándolos de haber querido abusar de ella, y no queremos eso ¿verdad?" El dueño de la voz resultó ser aquella figura que se balanceaba por la ciudad, la cual estaba vestida con lo que parecía ser un pijama rojo con partes azules que tenía un diseño de araña y una sudadera sin mangas roja, además de tener guantes rojos y una máscara con unos lentes de aspecto extraño.

"Así que eres ese rarito con pijama que se hace llamar 'Spider-Man'." Dijo el jefe.

'Spider-Man' parecía algo ofendido por esas palabras, por lo que lanzó una telaraña a la boca del jefe de la pandilla. "¡Oye! Puede que el traje no sea lo mejor del mundo, pero no es una pijama."

"¡Jefe! ¡Hijo de pu-!" Otra telaraña silenció al otro miembro de la pandilla.

"¡Lenguaje! ¿Qué acaso tu mamá nunca te enseñó a no insultar al prójimo?" Ambos delincuentes trataron de atacar a Spider-Man sin éxito, pues éste esquivó el golpe del jefe y disparó una telaraña a los pies del otro tipo que no tiene relevancia suficiente como para darle un nombre y tiró de ella dejándolo en el piso. El jefe en un intento de deshacerse de Spider-Man tomó su navaja y lo atacó por la espalda, pero nuevamente Spider-Man lo esquivó dando un salto pegándose a una de las paredes. "¿Sabes? Me gusta ese estilo que tienen de chicos malos, ¿acaso su ropa se las hizo tu mami?"

"¡hmpf!"

"¿Qué dijiste? Creo que me estoy quedando sordo." Spider-Man bajó de la pared cayendo detrás del jefe de la pandilla. "Tal vez de cerca te pueda escuchar, soy todo oídos." Todo lo que salió de la boca del sujeto fueron sonidos ininteligibles y volvió a tratar de atacar al héroe, pero a éste solo le bastó con moverse ligeramente fuera del camino y poner su pie para que el jefe cayera en el piso, y para asegurarse de que no se levantaría lo envolvió por completo en telaraña. El miembro restante se levantó algo aturdido del piso, pero al ver a su jefe en el piso cubierto de telaraña y a la única mujer del grupo aún inconsciente se puso de rodillas mientras levantaba las manos. "Vaya, ni siquiera tuve que pedírselo." Y sin más el miembro restante del grupo fue pegado a la pared con las mismas telarañas que su jefe.

"Otro trabajo bien hecho por el amigable vecino Spider-Man." Dijo el héroe de forma alegre, volteando a ver a la chica peliazul que se encontraba viendo todo con una mirada de asombro. "Ya está a salvo señorita, le recomiendo llamar a la policía para que se lleven a estos tres, no quiero volver a ser el objetivo de un juego de Duck Hunt con los hombres de azul."

To Love a SpiderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora