No fumes, te hace daño..

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Nos encontramos jugando u corriendo hasta qué Alex habló.

-Tengo hambre. -el pelinegro haria un pequeño puchero.
-Traigo un poco de comida en la maleta por si quieres. -hablo el pelirrojo.

El pelinegro acepto y se fueron a sentar abajo de un árbol.

Narra Luke

Saqué la comida qué tenía en mi maleta y se la di al pelinegro.

-¿Tú no comerás? -pregunto el a lo qué yo negué.
-Pero tienes qué comer algo. -reprocha con un tierno puchero en sus labios.
-No tengo hambre, chico. -recargue mi cabeza en el tronco del árbol.
El ya no habló más.
Observé lo hermoso qué se veía el cielo.
-La noche está muy linda, ¿No lo crees? -dijo el pelinegro intentando romper el hielo.
-Es demasiado hermosa. -dije soltando un gran suspiro.
El asintió, yo saqué una cajetilla de la maleta.
-¿Qué es eso? -el pelinegro pregunto mientras miraba la cajetilla.
-Son chicles. -mentí.
Saqué un cigarrillo de la anterior nombrada y lo puse en mi boca, agarré un encendedor qué se encontraba en mi chamarra.

-Te hará dañó. -dijó el pelinegro dirigiendo su mirada hacía a mí.

Prendí el cigarrillo, no dije nada y volví a mirar al cielo.

-No me gusta qué fumes, cariño. -volvio a hablar el pelinegro.
Lo mire y saqué el cigarrillo dé mi boca.
-Escucha, pequeño. -hablaria por primera vez.
-Algunas personas hacemos ésto para "calmarnos". -suspire.
-Lo sé, pero te hace daño. -hablaria el pelinegro volviendo a formar un puchero en sus labios.
-Yo lo tome cómo ámbito ya qué después de un ataqué lo usaba como un tranquilizante. -diriji mi mirada cielo.
-Esta bien, Moonflower. -soltaria dejando una pequeña sonrisa en sus labios.
-¿Puedo acostarme en sus piernas? -pregunto el pelinegro a lo qué yo asentí levemente.
Apagué el cigarrillo qué traía en mi boca.

-¿Por qué lo apaga? -pregunto el pelinegro.
-No me gustó su sabor. -mentí.
-Deberías probar otro. -dijo el y yo asentí nuevamente.
Saqué otra cajetilla de la maleta y saqué un cigarrillo de está.

-¿De qué sabor es ése? -pregunto inocentemente.
Revisé la cajetilla.

-No lo sé, la verdad no me importa. -solte.
El pelinegro soltó una risilla.

-Si yo lo intentará creó qué perdería en el intento. -reiría nuevamente.
-Te contaré algo, la primera vez qué lo hice, me ahogué con el humo. -reí.
El sonrió.

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