capitulo 5

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El diablo también puede ser herido

Miriam

Todo se volvió negro, un dolor punzante creció en mi vientre.

Cuando ví a sadrik herido algo me dolió, era una sensación horrible ¿Quien demonios nos atacaba?

Cuando las balas pararon se escuchó una llanta rechinar

—esto es el inicio— dijo mi padre tomando dos mochilas— es hora de irnos— su cara se torno preocupada cuando vio a sadrik tirado en el suelo

—tenemos que irnos— dijo mientras se le levantaba— no podemos detenernos

Parecía no tener emociones, o incluso no sentir dolor

—creo que eso no se va a poder— dijo mi madre mientras veía las llantas de una camioneta— ¿alguna opción?

Entonces otra camioneta negra se detuvo enfrente

—¡¡¿COMO MIERDA PUEDEN ACTUAR COMO SI FUERA ALGO DE TODA LA VIDA?!!—pregunte gritando

—Miriam, lo que menos necesitamos es tu impulsividad, así que cálmate si no quieres que

—¡¡sadrik!!— dijo mi padre con un tono de regaño— tenemos 40 segundos para irnos, así que o te callas o dejamos que te mueras en la sala.

Los ojos de mi "padre" reflejaban enojo o algo parecido

—quedan 30 segundos— dijo mi madre mientras salía de la casa con unas maletas

cuando salimos pude notar todo, luces apagadas, olor a gasolina.

—no queda tiempo— grito mi madre mientras recibía a mi padre en la camioneta

Todo paso muy rápido, todo.

El simple echo de descubrir que mis padres eran asesinos me cuesta procesarlo, pero no es momento de debilitarse. Es como si una parte de mi lo sabía.

Salí de mis pensamientos cuando sadrik calló, verlo tirado en el suelo me revolvió el estómago, con mi respiración acelerada me dirigí a él

—vete—dijo tomando mi mejilla con su ensangrentada mano— déjame yo me quedaré

—eres una mierda de persona—dije quitando su mano de mi cara— pero yo también así que cállate antes de que me arrepienta

Tome el brazo de sadrik y con todas mis fuerzas camine, unos segundos después el me ayudó un poco y cuando mis padres se dieron cuenta de lo que pasaba ya estábamos muy serca de la camioneta cuando una sirena de policía sonó

La camioneta se encendió y mi madre cerró la puerta.

—perdón, miriam.— dijo mientras se alejaba

Me deje caer con sadrik en el suelo, no pude resistir las lágrimas, ellos me abandonaron...

—es nuestro fin— dijo sadrik mientras se recostaba por completo en el suelo

Pensé en hacer lo mismo, era cuestión de segundo para que todo se llenará de policías y nos matarán.

Porque eso aran

—no—dije mientras tomaba a sadrik del brazo— si no coperas sabes que moriremos colgados, así que mueve su pesado tracero se una maldita vez

—Miriam— dijo mirándome

—Cállate, si no quieres que te dejé cállate y no tenemos toda la puta noche.

El me ayudó de alguno forma a levantarse y cuando las sirenas se hicieron más fuertes entramos al bosque, di una última mirada a mi casa, estaba prendida en llamas.

—miriam, no tengo la fuerza para cargarte ¿Quieres vivir?

Asentí con la cabeza

—pues tenemos que correr— dijo mirando a un grupo de personas con linternas.

sadrikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora