~𝙉𝙤~ 𝙥𝙪𝙚𝙙𝙚 𝙨𝙚𝙧 𝙢𝙞 ~𝙙𝙚𝙨𝙩𝙞𝙣𝙖𝙙𝙤~

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Después de pasar la mayor parte del día ahí tuvimos que volver ya que al anochecer sería nuestra coronación y no nos la podíamos perder por nada en el mundo.

—Por fin llegáis, todo el palacio os está buscando para la coronación.—dijo una voz muy conocida mientras entrábamos por la puerta principal del palacio.

—¿Merlon?—pregunté emocionado mientras me bajaba del caballo para abrazar a la persona de la que provenía esa voz.

—También es un gusto verle joven Samuel.—dijo mientras correspondía el abrazo.—Aunque técnicamente solo hace unos dos días que no nos vemos, ahora mejor vayase a arreglar porque tienen una coronación pendiente.— continuó hablando haciendome recordar que el tenía razón y debía asistir a nuestra coronación. No sé que haría sin Merlon, el es como una segundo padre para mi.

(...)

Ya estaba listo para la coronación, unas doncellas me habían ayudado ha arreglarme, realmente me gustaba mucho como me veía con ese vestido aunque es un poco abultado resalta bastante y eso me encanta.

Cuando terminaron de arreglarme las doncellas me acompañaron al gran patio del castillo dónde todo estaba decorado de color morado y verde haciendo una combinación inusual a la par que preciosa. Era una ceremonia de pocos invitados donde solo asistían los más cercanos a la corona y una pareja de periodistas que grababan para que la población pudiera ver el gran momento.

Caminando a paso firme me pocioné al lado de mi marido,en frente del rey, mientras hacia una reverencia en señal de respeto.

—Ahora que todos estamos reunidos procedamos con la coronación.— anunció el rey con su grave voz.—Debido a este nuevo matrimonio que se consolidó el día anterior es mi deber como rey conceder a la dama Samuel de Luque y a mi hijo Rubén Doblas la corona.—explicó.—Ahora con una mano en el pecho repetid lo que yo diga.—dijo dirigiéndose hacia nosotros.—Juro que bajo nuestro mandato de este reino lucharemos para proteger a la población y a la corona para próximamente traer descendientes que sigan nuestra dinastía.

—Juro que bajo nuestro mandato de este reino lucharemos para proteger a la población y a la corona para próximamente traer descendientes que sigan nuestra dinastía.—repetimos Rubén y yo.

—Bueno, por el poder que me fue concedido durante mi juramento les declaro puros de corazón y aptos para seguir con una nueva era.— enunció mientras nosotros procedimos ha inclinarnos para que posicionara la corona de cada sobre nosotros.

—Creo que esta vida me podría llegar ha gustar...