Dibujame. - Adrigami

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Capitulo uno: ¿Por qué?.

Trazaba suavemente la silueta del objeto que yacía enfrente de ella, tan sutil,  tan cuidadosa de no romper la punta de su lápiz,  al ras de como pasaba el lapicero dejaba rastros pequeños de grafito a su paso, seguramente eso macharia su mano de ese color griseso, pero no solía molestarle eso al contrario le hacia sentir satisfecha.

El trabajo de un artista es plasmar lo que quiere sin importar si se ensucía en el proceso.

Era una forma de distraerse de sus actividades que generalmente le causaban estrés principalmente la esgrima,  se ganaba el premio a la actividad más tediosa que hubiera imaginado, generalmente  prefería el dibujo que la esgrima sin embargo su madre se lo impidió por el simple hecho de dejar en alto su apeido, hacerse respetar, era tan difícil y estresante lograr tranquilizar tal presíon que regía su progenitora en ella.

Por esa razón se daba sus escapadas e irse a dibujar en el cuarto de artes, que al entrar al salón le recibían con un silencio cómodo y ala vez tan acogedor,  logrando una sensación de calma y tranquilez. Sin duda algo no cambiaria por nada.

Aun sumergida en sus abstracto pensamientos que rondaban en su mente, simplemente no lograba concentrarse algo le inquietaba abruptamente, como si algo le ordenaba, giro su cabeza hacia la puerta, su sorpresa fue al encontrarse un chico parado en el lumbar con una sonrisa en su rostro.

No entendía que hacia alguien en un lugar como este, se suponía que nadie vendría aqui porque estaba cerrado por problemas de mantenimiento, al parecer ni el su lugar secreto podría estar a solas.

Bufo un tanto molesta trato de ignorarlo regresando su mirada a su cuaderno que yacía reposando en sus delicadas y suaves manos, sin embargo el rubio no paraba de mirarla. Estaba empezando a fastidiar.

Si podría describir una escena incomoda y al vez molesta sin duda su situacion era la indicada.

¿Por qué no se iba?.

¿Por qué simplemente no le pedia que se vaya?.

¿Acaso deseaba algo más?.

O simplemte ¿no queria que  se vaya?.

Quizas sea la primera o realmente deseaba un acompañante en sus tardes de soledad que se la pasaba dibujando y anelando una persona con quien compartir su arte, con quien hablar de sus experiencias, con quien desahogarse. Si añoraba tener un amigo.

Su sorpresa fue cuando por fin oyo la voz de su acompañante quien la saludaba despues de unos largos e incomodos 30 minutos de silencio,  ella no contesto al saludo solo se limitó a ejercer un gesto amistoso con  su mano para despues volver a su trabajo.

Nuevamente reyno el silencio entre ambos jovenes, uno mirando ala chica mientras que la otra permanecia concentrada en trazar lineas en su cuaderno para formar un magnifico dibujo. Una sonrisa se plasmo en su rostro, formada por sus rosados y finos labios.

— ¿te quedaras ahi?. — pregunto a lo que el rubio nego rutundamente pues el venia a preguntarle algo pero alparecer no formulaba ninguna palabra correcta; Claro sentia pena.

— he oido que eres buena en el dibujo. — las suaves palabras del chico parecian simples murmullos.

Sin más Kagami solo emitio un sonido en señal que siguiera con su parloteo, aunque no lo pareciera escuchaba atentamente las palabras del joven, solia mantener un margen sereno ante de la presencia de cualquier persona sea familiar o no, tenia que ser haci quizas lo hacia por educacion.

— ¿Podrias dibujame?. — pregunto algo avergonzado. La voz del rubio se proyecto cerca de donde se hayaban, alzo la mirada encontrandose unos ojos color verdes mirandola mientras esperaba atentamente la respuesta que dará. Aquello le causo escalofríos y en cierto modo le apenaba.

No se había percatado cuando este se pocisiono enfrente suyo, ni cuando la vista del chico fue parar hacia ella, pero lo más sorprendente de eso fue la pregunta que taladro su mente llenandola de confucion.

¿Por qué razón le pediria que lo retratara? y ¿por qué a ella? habiendo personas mas talentosas, con mejor reconocimiento en este tipo de cosas pero el la prefirio. ¿Como es que deberia reacionar a tal cosa? O actuar de una manera amigable sin parecer una rara persona ante los ojos esmeraldas del rubio, nunca antes habia derijido palabras con chicos de su misma edad, solia hablar más con su madre o con el instructor de esgrima de ahi jamas habia cruzado palabras. Se le complicaba socializar.

Permanecia callada aun asimilando aquella pregunta, claro para muchos seria facil contestar si ningun tipo de problema sin embargo ella no era haci. Tomo aire y lo solto.

— Bien lo are. — dijo sin más sin saber de donde saco las palabras correctas,  sin contestar de una manera grosera o directa. Realmente no deseaba dibujarlo pero la educación ante todo.

El rubio asintio emocionado no pensaba que asediera tan facilmente a su peticion estaba agradecido por resibir una respuesta positiva, se posiciono a tomar asiento para que tuviera mayor visión para retratarlo.

Dejo de lado el trabajo que habia estado haciendo anteriormente para cambiar el lienzo a uno completamente limpio y nuevo en donde empesaria un nuevo dibujo.

Jamas se le habia ocurrido retratar a una persona, al parecer seria su primera vez haciendolo.

Observo cada detalle del chico, la piel lisa y blanca sin ninguna imperfecion en su rostro perfecto, asumia que el chico se dedicaba al modelaje no solo por su aspecto si no en la forma en la que se pocicionaba, el era demasiado fotogenico. Cayo encuenta que ya lo conocía, había visto su cara en algunas revistas o en televisión.

¿Porque el hijo del famoso diseñador Gabriel Agreste se atrevió a pedirle que lo retraté?.

Algo que jamás comprendería.

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El lápiz se meneaba en un suave y cuidadoso movimiento, su muñeca se movía de manera elegante al igual que presisa, el ambiente silencioso le ayudaba a concentrarse en su modelo, extrañamente se sentía cómoda con la presencia del contrarió.

Miro atentamente su obra de arte, se veía tan perfecta como igual de hermosa, sonrió orgullosa mientras retiraba pedazos de borrador de su lienzo, para finalmente entregarle la hoja al nuevo dueño de su dibujo. Los nervios surgieron al ver la mirada juzgadora del rubio en su dibujo; temía lo peor.

— es increíble. —

Miro incrédula al chico sin saber que decir o como actuar ante las palabras dichas anteriormente, un nudo en la garganta surgió y sus mejillas enrojecieron por lo avergonzada que estaba. Solo miraba como el de ojos verdes se marchaba dejándola perpleja.

Algo en ella surgió, algo un tanto desconocido.

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Este es el primer capítulo de esta obra espero sea de su agrado.
También perdonen si tiene alguna falta de ortografía lo corregiré si es haci.
Sin más nos leemos.