Prólogo

19 1 0
                                    

Él profesor de literatura no hacía más que hablar y hablar. Si tan solo no hubiera pasado lo de hace unas horas tal vez le prestaría atención.

Gire mi rostro y mi mirada chocó con el perfecto perfil de aquel chico de ojos azules, su piel dorada contrastaba con el gris de su camiseta.

¿Por qué? ¿Por qué fui tan idiota al no prestar atención a todas sus señales? Era tan obvio.

<Deja de carcomerte no fue culpa tuya>

Lo fue.

- Nunca duerme- el profesor golpeo mi banco para que prestara atención. Puse mis ojos en blanco mientras hacía caso omiso a su advertencia- Nunca duerme, pero me habla siempre de esas cosas que solo hablan en el infierno. Ninguna imaginación puede concebir las espantosas tentaciones que pone delante de mi... 

Deje mis pensamientos de lado cuando lo escuché. Esas palabras, cada una de las palabras que el profesor leía me las sabía de memoria gracias a esa noche.

-Por alguna maldad no perdonada de mis antepasados, estoy unido a este demonio, para ser un demonio, sin duda.- repetía las palabras del profesor en voz casi inaudible- Le suplico y le ruego que lo aplaste fuera de la apariencia humana incluso si muero por eso.  

Quería llorar, salir de ahí corriendo sin importar nada.

Perfecta traiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora