Capitulo 1

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*Dieciocho años antes*

Grecia el famoso país gracias a sus hermosas islas del amor, un país que guarda mitos y leyendas de amores entre dioses y humanos. Historias que atrapan las emociones.

Ahí es donde comenzó mi vida. En la isla de Skópelos, situada al noroeste del mar Egeo.

Mi madre gritaba y lloraba, su cabello estaba pegado en el rostro a causa de la transpiración por hacer tanto esfuerzo.

Maldecía en lo alto. No le importaba hacer tal escándalo mientras se aferraba a los costados de la cama y trataba de patear a la partera.

-Puja- Gritaba la señora ya cansada de las seis horas en la misma posición.

- ¡Es lo que hago durante seis horas!- escupe mi madre- Solo haz tu maldito trabajo y saca ese monstruo de mí.

Sí, se refería a mí. Ese maldito monstruo que se aferraba a ella y no quería salir. Tengo que decir la verdad, estaba mejor ahí dentro.

- Questo ti succede per avere un figlio bastardo.

La señora que mi madre cuidaba le gritaba en italiano, era como una madre para ella. Después de escaparse de su familia vino a Grecia y la señora Parisso la alojó en su hotel.

-No necesito que me refriegues en la cara mis errores ¡a! bastante tengo con este maldito ser.

-Puja.

-Signora sciocca, nono capisci che il bambino no non vuole uscire.

Gracias.

-Es una niña- Dijo la parte mientras se pasaba el brazo por su rostro.

-¿Una niña? ¡Una niña!- ella lloraba y la señora Parisso levantaba las manos al cielo.

La partera me entregó a mi madre que lloraba de la emoción.

-Mi niña es hermosa.

***

Mi madre sostenía una canasta mientras caminaba por la playa. Yo corría hacía el mar.

Sonrío para si misma, tenía una mano sobre su sombrero para que el viento no se lo llevara, su vestido floreado fino hasta la rodilla bailaba con el viento.

-Ma, una almeja- Corrí junto a ella con la almeja en mi mano. Me senté en la arena y le sonreí.

-Abrela- me dio una cálida sonrisa.

-No, la devolveré.

-Solo inténtalo.

-Pero sufrirá- mi vista bajó hacía mis manos.

-Cariño, algunos seres vivos nacimos para sufrir y dejar un bello recuerdo de eso... Su sufrimiento no será en vano ya que te dará una hermosa perla.

-Pero...

Antes de terminar mi madre cayó sobre la arena dando un grito ahogado.

-Mami...

-Tranquila estoy bien.

Asentí con la cabeza, pero sabía que no era verdad.

*Presente*

Agarré el dije que caía por mi cuello. Lo tuve por un largo rato mientras miraba como la luna y las estrellas se reflejaban en el rebelde y oscuro mar.

Las lagrimas no tuvieron miedo de caer por mis mejillas. Sentí un gran vacío en mi interior un vacío que no podía llenar nadie.

El viento que rosaba por mi piel hizo que me estremeciera. Me sentía desprotegida, sola, consumiéndome poco a poco en mi tristeza.

Perfecta traiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora