–¡Apúrate! –pienso impaciente mientras corro hacia la salida del colegio.
Escucho el llamado de algunos de mis compañeros pero necesito salir de aquí.
Saco mi patineta antigravedad de la mochila y floto veloz, sorteando obstáculos, evitando señoras que saltaban asombradas cuando veían mi velocidad y cara intimidadoras, casi me estrello contra un par de inconscientes que trasladan un cristal por el medio de la acera ¿a quién se le ocurre? Creo escuchar el sonido de vidrios rotos al rebasarlos, pero no creo haber sido la causa, pienso yo; voy rápido pero no tanto como para que mi impulso los hiciera caer, aparto la idea de mi cabeza y sin darle importancia continúo acelerando hasta llegar a mi casa.
–Ya casi –murmuro apretando los dientes–, ya casi –repito.
Sin perder un segundo me lanzo hacia la puerta, desactivo la seguridad y corro hacia el interior desesperado.
–Oh, oh, ohhh –exclamo entrando en el baño con mi expresión completamente torcida–. Ufff –exhalo aliviado al sentarme, al fin, en el trono y liberando mi cuerpo de la tortura que sufría desde hace horas.
–Gracias Dios –agradezco mirando al techo–, sé que no soy tu mayor devoto –inclino la cabeza– pero gracias por darme tiempo a llegar –sonrío aliviado.
–IA –llamo.
–Sí, amo Lucas –responde monótono el asistente virtual de nuestra casa inteligente.
–Haz lo tuyo –ordeno y un potente chorro de agua sale del interior del váter–. Ohhh –exclamo dando un pequeño brinco al sentir la presión en mi trasero–. Nunca me acostumbraré a esto –y, como mofándose de mis palabras, se enciende la secadora interna del inodoro–, ni a esto –concluyo tratando de recobrar la compostura.
–Listo, amo Lucas –informa IA.
–Listo –acepto levantándome y subiéndome los pantalones–, gracias.
Como siempre IA no responde a mi agradecimiento, nadie se molestó en darles empatía a estos ayudantes, aunque tampoco puedo hablar de eso ya que yo ni me molesté en darle nombre.
–Grrr –suena mi estómago y me llevo la mano hacia él–. Supongo que después de liberarme quedé realmente vacío –pienso rascándome la cabeza.
Me dirijo a la cocina a picar algo y en el recorrido veo una caja sobre la mesa.
–¿IA, que es esa caja? –pregunto acercándome a ella.
–No lo sé, llegó esta mañana de la empresa de tu madre con un mensaje para ti –informó–. Lucas, ni se te ocurra tocarlo, es un nuevo proyecto muy delicado. Llegaré un poco tarde. Te quiero, besos mamá. –reprodujo el mensaje.
–Sí, claro –mofo poniendo los ojos en blanco y abriendo la caja–. ¿Quién en su sano juicio perdería la oportunidad de probar un nuevo proyecto de la vanguardia tecnológica? –Pregunto al aire–. Pues, este que está aquí, claro que no –me respondo sacando el objeto dentro de la caja–. Mmm ¿es enserio? –Exclamo al ver lo que parece ser una simple batidora–. Tanto drama por esto –espeto revisando el interior de la caja–. "BATIPLICADORA", Batidora duplicadora –leí en la portada del exageradamente grueso libro de instrucciones– ¿de verdad creen que alguien se leerá esta cosa? –susurro hilarante dejándolo caer sobre la mesa.
De tan mala suerte que cae en la esquina de esta y resbala aterrizando en mi pie.
–¡¡¡Hostia!!! –Grito ante el aplastante dolor en mi dedo meñique y por reflejo levanto mi pierna y llevo mis manos a este, dejando caer la "Batiplicadora" inexplicablemente sobre mi otro pie–. ¡¡¡Joder!!! –agonicé esta vez por mi dedo pulgar.
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Vuelta al perfil en 80 días
Science FictionDándole la vuelta al perfil en 80 días siguiendo el itinerario de WattpadCienciaFicciónEs