Juego Peligroso

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–Uwooo...!!! –Grité clavando mi espada en el pecho del minotauro–. Solo tengo que sobrevivir 10 minutos más –murmuré mirando el reloj mientras el cadáver desaparecía frente a mí.

Me mantuve en guardia, ya estoy en la fase final de esta contienda y no es momento para aflojar el ritmo.

Avancé sigiloso por las abandonadas calles de esta ciudad en ruinas. Evité las amenazas tanto como pude, lo importante es sobrevivir hasta que aparezca la nave y obtener el honor de poseer el codiciado título. Argonauta. Ganar tal distinción me permitirá mejorar mi estatus, cambiaría mi vida completamente, y podría acceder al invaluable Vellocino de Oro.

Continué dirigiéndome hacia al punto final vigilando mis alrededores, por pura costumbre, manteniéndome oculto. Un novato como yo debe tener mucho cuidado. Nadie tendrá piedad a la hora de eliminar obstáculos.

Me detuve de golpe. Noté una presencia casi imperceptible a pocos pasos de distancia. Adopté una posición defensiva y miré fijamente hacia la posible amenaza.

–Así que me notaste –exclamó desde las sombras una voz divertida que pude reconocer–. No esperaba nada menos de ti después de todo –afirmó aplaudiendo risueña.

–Fiu –suspiré aliviado–. Me asustaste Rem –dije relajando mi postura.

–Debes estar alerta, al fin y al cabo, estamos en una competencia muy importante para todos –dijo Rem restándole importancia a mis palabras.

–Bueno, continuemos juntos –declaré avanzando calmado–, así no tendremos de que preocuparnos –pasé por su lado dejándola a mi espalda.

–Jasón –susurró.

–Sí –me giré prestándole atención a nuestro alrededor en busca de posibles amenazas–. Puaw –una punzada de dolor surgió en mi pecho–. R.rem –aullé mirándola a los ojos.

–Lo siento hermanito –se disculpó con su característica sonrisa y un par de palmaditas con sus manos ensangrentadas– pero pienso ganar yo –declaró viéndome desaparecer.

–¡Malditas seas Remigia! –grité con mi último aliento viéndola alejarse dando pequeños saltitos satisfechos.

***

–¡Maldita seas! –Grité despertando en mi habitación–. Esto no se va a quedar así –declaré quitándome el Casco de Inmersión Virtual y levantándome de la cama–, ya verás.

Una sonrisa malévola dominaba mi rostro. Salí de mi habitación y caminé directamente hasta el cuarto de al lado.

–¡¿Crees que esto me va a detener?! –pregunté hilarante al vacío y pateé con todas mis fuerzas la puerta cerrada.

Vi su cuerpo tendido sobre la cama con la conciencia ausente. Me acerqué lentamente saboreando mi venganza inminente.

–¡¿Será esta la verdadera felicidad?! –Clamé golpeando el Casco de mi hermana como si fuese un tronco hueco.

Me alejé de la cama y tomé el objetivo de mi búsqueda. El enchufe. Un Casco de Inmersión Virtual no puede funcionar sin electricidad. Tiré de él, desconectándolo, y corrí hacia la puerta, será difícil sobrevivir si me atrapa.

–¡¡¡Maldito estúpido!!! –Gritó Rem apenas recuperó el control de su cuerpo–. ¡¡¡Te mataré!!! –chilló lanzándome su Casco incrustándolo directamente contra la pared.

–¡El que la hace la paga! –grité envalentonado escapando hacia la seguridad de mi cuarto, mientras esa monstruosa criatura llamada mi hermana me perseguía.

–¡Pues ya verás que me las pagarás estúpido! –Gritó rabiosa pateando la puerta.

–Nunca más volveré a probar juegos de Realidad Virtual contigo. ¡Loca! –chillé empujando cada vez más mi espalda a la puerta, evitando que se derrumbara, ante el furioso ataque de Rem.

–¡¡¡Por supuesto que no!!! –Aceptó relajando su tono de voz–. Para eso –susurró en un tono que heló mi sangre–… tendrías que sobrevivir…

Tragué secamente dejándome consumir por el pánico y un silencio siniestro inundó la habitación haciendo mi futuro cada vez más incierto.


(585 palabras)

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⏰ Última actualización: Oct 26, 2021 ⏰

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