24 de Diciembre. 1998
Era una tarde triste y sombría para todo el mundo mágico, la oscuridad incrementaba y los consumía poco a poco. No había rastro de alegría, ni siquiera fiestas de celebración por el día de “Acción de gracias”
Todos estában aterrados y no existía paz alguna, tal y como hace tantos años.
En pleno manto del atardecer, Harry Potter juntó a su mejor amiga, Hermionie Granger, visitaban el cementerio de Godric's Hollow en busca de la tumba de sus padres. Atravesaban tiempos difíciles, con una enorme carga sobre los hombros, pues todo dependía de el y su vida corría un grave peligro. Las esperanzas pendían de un hilo muy delgado.
Sabía que podría morir en cualquier momento, tenía todo el derecho de ver a sus padres por primera y última vez. Necesitaba desahogarse con ellos. Lo había perdido todo, a sus cortos diecisiete años no tenía más que una varita y una gran amiga, por la cual temía.
Pronto encontraron aquélla lapida, «James y Lily Potter. 1960-1981» bajo estás letras se encontraba un paquete de cartas viejas, demaciado descuidadas.
El muchacho las tomó, por curiosidad y por si fuera algo importante, había buscado todo tipo de información sobre ellos desde que tenía memoria, tal vez encontraría respuestas.
Agarró la que tenía una fecha más prolongada y la abrió...
