Capítulo 4

9.5K 1.1K 184
                                    

María ahora se encontraba de lo más entretenida, viendo como su hijo no dejaba de seguir con la mirada al Capitán.

Su retoño era malo para disimular. Además, daba la casualidad, de que María quería al rubio como su yerno desde que lo conoció.

Los sueños se hacen realidad.

—¿Sucede algo? —Howard se acercó a su mujer y le ofreció un trago. Ella declinó, odiaba la bebida.

—Tony está maravillado con Steve.

Por supuesto Howard no entendió en qué sentido. Ambos, sabían que su querido bambino era bisexual. María no tenía problema, Howard al principio si, pero después de hablar con ella, lo pensó mejor.

María, como todas las madres normales y cariñosas, sólo quería lo mejor para su hijo. Y qué mejor que Steve Rogers.

Howard, por su parte... era listo, pero distraído, y aunque a María le costará aceptarlo (pero lo tenía muy presente) su esposo no era especialmente atento con su hijo.

—Te lo dije. —Howard se mostró orgulloso—. Steve será una buena influencia para nuestro hijo.

Y su esposa sonrió de acuerdo.

🔹🔹🔹

Tony buscaba entre la gente al hombre de rubios cabellos. Sentía que su estómago pesaba al verlo con Sharon.

Rogers le sonreía a todos cordialmente y presentaba a su esposa. Sharon tenía una sonrisa tan grande en el rostro, como si disfrutará ser el centro de atención.

Anthony rodó los ojos.

—¿Tony? —Su madre se acercó a él.

Desvío su mirada de la pareja y le sonrió a su madre.

—¿Paso algo, mamá? —El castaño dejó que su madre le diera un beso en la frente. Se paró a un lado de él, y  la mujer dirigió su mirada al matrimonio de la noche.

—Steve es guapo. —Su mamá le sonrió—. Y un buen chico.

Tony asintió aparentando indiferencia, aunque por dentro estuviera suspirando.

La mujer guardo silencio por algunos segundos.

—Sí quieres hablar con él, puedo ayudarte.

—¿En serio? —Anthony carraspeo ante su evidente error.

María se dirigió a la pareja y en unos cuantos minutos, se llevó a Sharon dejando solo al soldado.

¿Había algo que su madre no hiciera?

Rápidamente, se arregló el cabello, se acomodo la molesta corbata y camino por todo el salón hasta llegar con el rubio.

—¿Disfrutando la fiesta, Capitán? —Lo vio pegar un pequeño brinco en su lugar.

El soldado lo miro sorprendido. Anthony sonrió ante el rápido escaneo del rubio.

—Joven Stark. —Anthony se retuvo de rodar los ojos al escuchar como lo llamo—. Yo, bueno, no... —Steve soltó un suspiro y cruzó sus brazos visiblemente nervioso—, no soy muy dado a las fiestas.

Stark sonrió coqueto y seguro. No le era tan indiferente.

—Todos aquí están encantados con usted. —Tony se acercó un poco más al Capitán.

—Yo diría más bien, con mi esposa. —Steve soltó un suspiro.

Anthony se mordió el labio inferior, no quería hablar de esa mujer.

—Bueno, entonces Capitán, tiene toda mi atención. —Stark en un rápido movimiento, tomó una copa del mesero que pasaba y se plantó enfrente de él.

El soldado tartamudeo como si está fuera la primera vez que le coqueteaban. Tony se sintió maravilloso.

—Créame, no tengo nada interesante que decir. —Rogers se rasco la nuca nervioso.

—Eso lo juzgare yo. —Anthony le abanico las pestañas—. Pero primero, dejamos de hablar de usted. Llámame Tony, ¿quieres Steve?

Y Steve, casi en trance, asintió y se dejó llevar por el castaño de hermosos ojos.

🔹🔹🔹

Reían y tomaban con tranquilidad. Steve parecía un hombre diferente al que conoció, hablaba con confianza, le contaba de sus grandes azañas, no con la intención de sobresalir, más bien era como un abuelo contando sus más grandiosas aventuras, emocionando al castaño y a él mismo.

El joven se sentía muy bien con Steve.

—¿Estoy hablando bastante de mi? —Rogers sonrió apenado.

—Por favor, sigue, me gusta escucharte. —Tony se recargo en su palma izquierda y le sonrió sinceramente.

El rubio le correspondió el gesto. Hace mucho que no hablaba con alguien de esa manera.

Se sentía bien, muy bien.

Steve se perdió en los ojos del castaño. Había picardía y coqueteo en ellos, haciéndolos ver sumamente atractivos.

Algo en el pecho de Rogers se alboroto.

—¡Steve! —Sharon llegó al lado del rubio sin que se diera cuenta. Ya la tenía pegada al brazo y exigiendo su atención.

Tony rodó los ojos, Steven sólo pidió una disculpa ante la interrupción.

—Sharon, ¿sucedió algo? —Steve miró a la mujer. Esta sólo observaba al joven enfrente de ellos.

—Creo que ya es hora de irnos. —La rubia jalo del brazo del soldado.

Él suspiró ya acostumbrado a esos pequeños pero constantes desplantes.

—Que tenga buenas noches, soldado. —Tony le guiñó el ojo.

No quiso sonrojarse, no cuando Sharon estaba a su lado, con una mueca de indignación.

—Buenas noches, Tony.

🔹🔹🔹

Mientras veía al soldado alejarse con todo y su molesta esposa, Anthony lo decidió.

Quería a Steve Rogers.

Amante del Capitán América Donde viven las historias. Descúbrelo ahora