Capítulo 16 / Capítulo 17 / Capítulo 18

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Jamie corrió a la oficina de Alex después de haberle robado un profundo beso que los dejó sin aliento. Sabía que tenía las mejillas sonrojadas y fingió estar ocupada revisando el portafolio de Zanders para mantener la cabeza baja. Corrió hacia el escritorio de Alex, mirando rápidamente para descubrir que Zanders estaba de pie junto al estante donde Alex tenía placas de cristal y certificados de logros.

Zanders estaba parado con sus manos detrás de su espalda, y le sonrió
amablemente.

Jamie se echó hacia atrás contra el frente del escritorio de Alex y colocó el porfolio encima. Ella cruzó los tobillos y respiró profundamente mientras forzaba una rápida sonrisa hacia Zanders. Era más alto que Alex, cabello negro, ojos marrones tan oscuros que era difícil decir dónde terminaba el iris y dónde empezaba la pupila. Vestía un traje azul marino oscuro que había mantenido abrochado, ya fuera por nerviosismo o para parecer más profesional. Jamie lo había visto trabajar en la junta de accionistas y sabía que estaba más que calificado. Él solo necesitaba la confianza. Él de alguna manera le recordaba a una versión más joven de Alex, antes de que hacer su riqueza.

Se dio cuenta de que estaba mirando e inmediatamente sintió el calor en sus mejillas otra vez.

-Zanders, me disculpo, pero ni siquiera sé tu nombre.

-¿No está en mi expediente?

Él se sonrió mientras la molestaba y dio un paso adelante con su mano extendida

-. Bartolomé, Bartolomé Zanders. Es
bueno volver a verla señora Reid.

-Jamie, por favor ... Zanders.

Se rio cuando se dio cuenta de que había usado Zanders porque su nombre completo era un trabalenguas

-. A menos que prefieras Bart.

-Zanders está bien. Nadie usa mi nombre a menos que sea mi abuela o la policía.

Ella alzó las cejas.

-¿Con qué frecuencia la policía debe usar tu nombre?

-Una o dos veces en la universidad.

Sonrió tristemente y se desabrochó
la chaqueta

-. ¿Como estás? Alex te hace trabajar sin parar, ¿no?

Hizo un gesto a una de las sillas de cuero y se movió para instalarse en la
otra.

-Si, pero no quisiera que fuera diferente.

-Bueno, te ves genial.

Fue su turno de sonrojarse mientras se sentaba

-.Quiero decir, por estar ocupada y embarazada y ...

Ella se rio de nuevo.

-No te preocupes, Zanders. Lo tomaré como un cumplido.

-¡Uf! Eso es lo que quise decir.

Se reclinó en la silla

-. No sé por qué estoy nervioso.

LA ESPOSA DEL JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora