CUENTOS CORTOS

PRINCESA OSCURA

Veo como el sol se esconde de tras de los grandes y lujosos edificios de la ciudad donde estoy, respiro hondo, cuando el sol se esconde los monstruos salen a la luz, curioso ¿No? Ya que no hay luz cuando el sol se esconde.

Recuerdo cuando huía de esos monstruos, creía que lo iba a lograr, era muy ingenua, al final termine siendo igual o peor que ellos. Me había pasado la vida huyendo de lo que era y de quién era, mi nacimiento, a comparación de otros, no fue por amor, soy un pacto de carne y hueso que afirma la alianza entre tres poderosas mafias. La mafia italiana, la mafia rusa y la mafia negra. Luego de escapar toda mi vida, a los veinte decide quedarme a vivir un tiempo en un pueblo al norte de Francia, allí conocí a un chico, se llamaba Francisco, era rubio de ojos claros y piel blanca, claro está que lo nuestro no duró mucho tiempo. Pasamos juntos cinco años, los mejores de mi vida, pero a la fuerza entendí que nada es para siempre, me habían encontrado y yo no lo sabía. Ese dia había ido a comprar la cena, Francisco se había quedado en nuestro apartamento a preparar la mesa, cuando volví el estaba tirado en el piso, un charco grande de sangre estaba a su alrededor, aún estaba con vida, corrí a sus brazos e intente llamar a una ambulancia pero él no quiso, me dio una carta y susurro un je t'aime princesse en su idioma natal, te amo princesa fue lo que dijo y luego cerró los ojos y nunca más los abrió. Lloré y grite pero eso no serviría de nada, el no volvería jamás. Abrí la carta, decía que a mí madre le quedaba poco tiempo de vida y que debía volver a casa a realizar mi ceremonia de coronación. Yo no quería gobernar el bajo mundo, pero quería poder para destruirlo, así que acepte y volví a casa, esa misma noche se realizó la ceremonia, la misma consistía en vestirme de rojo, y asesinar a mi madre, luego decir unas palabras, bañarme en su sangre y beber un costoso vino con su sangre también.

Desde ese momento ya han pasado unos tres años, soy la mujer más poderosa y respetada, ahora planeo ir por las otras dos mafias que me pertenecen, la italiana y la rusa, para así completar lo que vine a hacer a este mundo. Miro al frente y me repito una típica frase de un libro, espalda recta mirada altiva y mascarada de hielo si no saben lo que sientes no hallaran la manera de joderte. La vista que me regala el balcón del último piso del costoso hotel de la ciudad de Londres donde me estoy hospedado es exquisita, el sol ya se escondió, bebo el último trago de mi refinado vino y lanzó la copa hacia abajo, visualizo una vez más la ciudad y me adentro a mí habitación a prepararme, porque esta noche voy a ir por lo que es mío.