CUENTOS CORTOS

ISLA CARMESI

Cuenta la historia que una vez, hace mucho pero mucho tiempo, habitaba en una isla remota una bella chica de ojos violetas, cabellos y piel blanca como la nieve, muy pocas personas sabían que ella no era humana. Era una rara especie casi extinta, se decía que era la última de su linaje y que su muerte traería el infierno a este mundo, cosa que no sería rara teniendo en cuenta que ella era hija de un demonio, y no cualquier demonio, era hija de Asmodeus y de una simple humana cuyo vientre estaba maldito. Maldito para parir bestias como Amalur, porque ese era el nombre de la bella ninfamana, y no era una hada, estaba lejos de serlo, de echo solo le decían así por su espectacular y voluptuoso cuerpo.

Ella en realidad era una Ilika, es una especie rara y para nada conocida, aunque los isleños creían que era un vampiro o un demonio.

Los Ilikas son la raza reina dentro del mundo sobrenatural; son guardianas de la inocencia de los humanos, protegiéndolos de todo lo que no sea mortal y mágico; son guardianas de lo sobre humano, poniéndole límites en sus más monstruosos deseos.

Amalur habitaba dentro de los isleños como otra mortal más, ellos la aceptaban como una, incluyéndola en sus festividades y pérdidas, todos convivían armoniosamente.

Pero la armonía duró poco, un día llego un turista de pelo tan negro como la noche y ojos tan violetas como los de la chica, a esta le causó curiosidad pero decidió que mejor sería ignorarlo, había vivido los últimos trescientos años de su vida en esa isla y no iba a permitir que un simple turista le quitará eso; pero el chico empezó a sembrar caos entre los isleños, poniéndolos en contra de la ninfa, les dijo lo monstruosa que ella era, como era su verdadero ser y los mortales comenzaron a temerle. El chico la provocaba para que ella mostrará sus verdaderas características de cuando ella se transformaba, los ojos negros endemoniados, las venas negras de todo su cuerpo resaltadas, y su corazón, en el centro de su negro pecho, bombeando toda la toxina que tenía como sangre, su pelo transformado en el negro de las noches en donde no sale la luna; esa era la verdadera cara de ella, y el quería que la mostrará.

Después de mucho tiempo ella no entendía porque el la molestaba tanto, y de tan mala manera, fue hasta la luna de sangre que supo la verdad, en ese tipo de noches ella se ocultaba para transformarse en lo que era, una bestia y una abominación, pero los isleños no la veían y eso la tranquilizaba. Esa noche el misterioso chico llevo a un par de personas originarias de hay para que la vean, ellos se atemorizaron y corrieron a sus hogares a proteger a su familia, pero ella se había dado cuenta de que la habían visto y en el estado que estaba no era ella misma su lado bestia la controlaba, pero fue en ese momento exacto que se dio cuenta de lo que pasaba, ese chico había sido enviado por alguien de su pasado, por esa cosa de la cual ella huía, ¿De que huía? No se sabe, los únicos que lo supieron eran los isleños que ella asesino esa noche, nadie sobrevivió.

Al salir el sol por la mañana la isla estaba teñida por completo de ese líquido carmesí que los humanos llevan en las venas, la bella chica estaba entrando al castillo que estaba al fondo de la isla, era de estilo medieval y los que antes vivían decían que estaba embrujado, en el centro del mismo había un sillón de oro y piedras negras, era un trono y era su nuevo trono, porque estaba decidida a cobrar venganza por todo. Otros dicen que cuando salió el sol la chica tenía una macabra sonrisa y en su palma el corazón latiente del chico y otros que huyó y jamás volvieron a verla, y otros que está al final del mundo esperando el momento perfecto para hacerles pagar a todo el sobre mundo la muerte de los isleños que tanto la habían protegido y cuidado, y otros dicen que se alió con el diablo para cuando el último humano muera traer el infierno a este mundo.

Aunque, como dice al principio, esto es solo una historia y la única que sabe el verdadero final, no se sabe si vive o no, o dónde está, solo se sabe que la luna y el sol aún la castigan por ser como es.