No deseando el amanecer

27 0 0
                                    

Este soy yo, Kyle de 17 años. Esperando a que el sol nunca salga. Todos los días una rutina, mi prioridad es acabar la prepa. El mundo sufre de pobreza, corrupción y guerra. Mi padre murió hace poco gracias a una guerra, mi madre apenas podía atenderme, trabajaba en un mercado, yo decidí que al acabar mis estudios la ayudaría. Pero nada era tan fácil. Era domingo como siempre,escuchaba la alarma de mi reloj, siempre a las 7:00am cuando todo empezaba a cambiar.

Como todas las mañanas olía los panecillos que mamá siempre hacía, ni a mis hermanos, ni a mi nos gustaba. Solo que este día mi mamá, lucia diferente, en su mano portaba una carta. Yo siempre me sentaba del lado derecho y me sentía nervioso para que este día llegara.

Mi mamá fue a su cuarto cuando de repente, oí muy bajo mi nombre, del cual venia de su habitación. Yo le dije a mis hermanos que se fueran a jugar y poder distraerlos. "¿Qué pasaría?"preguntaba mi subconsciente.

-Kyle, hijo, siempre te he amado y gracias a ti puedo tenerlos a ustedes juntos todos los domingos.-mi mamá agarraba su pecho llorando mientras agarraba mi mano. -Hijo, me ha llegado una noticia, de que te han reclutado para ir al ejército, pero yo, me siento angustiada de también perderte a ti.

Un caos por mi mente pasaba al escuchar a mi madre decir las últimas palabras. Me sentía con el corazón apretado, pensando de que este día nunca iba a venir. Pero lo que mas me preocupa es como van a reaccionar mis hermanos y mi amada...

*Al día siguiente*
Caminando a la escuela, no podía pensar en mi familia y menos hoy, ya que sería el día en el que le diría a Ann que me iría al ejército.

Mis pensamientos eran muy negros al pensar que yo seria parte de la guerra, que también eso provocó la muerte de mi padre sintiendo me aun peor. Viendo a mis amigos por ultima vez, pensaba que no los volvería a ver nunca mas, ¿como les explicaría lo que esta pasando?.

Me sentía confundido, ya que no sabia como decirle a Ann que me iría. Ella se pondría mal y claro por mi culpa, no, mas bien, el ejército la tiene.
Pero en ese mismo momento me vino un recuerdo cuando yo era pequeño, de las últimas palabras que me había dicho mi padre "Si tu tienes un arma y el poder de Dios a tu lado, no hay nada que temer...", esas palabras siempre las tendré en mi memoria y no habrá guerra que las borre.

Estaba dispuesto a hablarle a Ann para explicarle todo, pero en vez de hacerlo, solo le mande un mensaje.

Ann:
No podré verte. Pero recuerda, siempre te voy a querer.
Kyle.

Tengo mi arma, no tengo nada que temerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora