"-¿Recuerdas aquella canción que le cantabas a Isabelle y a Alec... cuando eran pequeños y tenían miedo de la oscuridad, para que se durmieran?
Maryse pareció desconcertada.
-¿De qué estás hablando?
-Solía escucharte a través de las paredes -contestó él-. El dormitorio de Alec estaba junto al mío.
Ella no dijo nada.
-Era en francés -siguió Jace-. La canción.
-No sé por qué recuerdas algo así. -Lo miró como si lo acusara de algo.
-A mí nunca me la cantaste.
Hubo una pausa apenas perceptible.
-Ah, tú -dijo Maryse-. Nunca tuviste miedo a la oscuridad.
-¿Qué clase de niño de diez años no le tiene miedo a la oscuridad?
Ciudad de Cenizas, Cassandra Clare. © 2008
Jace permanecía tendido en la cama estudiando el blanco techo de la habitación del Instituto, contemplando las figuras que se formaban entre las sombras con la luz de la luna que asomaba en la ventana. En la habitación contigua, la de Alexander, podía oír la voz de Maryse Lightwood, cantando la misma canción francesa que cantaba cada noche a sus dos hijos, cuando no querían quedarse dormidos porque le temían a la oscuridad.
À la claire fontaine, m'en allant promener
Solo llevaba pocos meses en el Instituto, pero no había pasado una noche desde su llegada que no la hubiese oído cantarles.
J'ai trouvé l'eau si belle que je m'y suis baigné
En la mañana, Jace se burlaría de Izzy y Alec por temerle a la oscuridad. “Somos Cazadores de Sombras, – les diría, con una nota de arrogancia patente en su voz – no podemos simplemente tener miedo de la noche. Es estúpido.”
Pero cuando estaba solo en su habitación, cuando todo estaba oscuro y la única iluminación provenía de una franja de luz de luna llena que se colaba por entre las cortinas, entonces tenía que recordarse a si mismo lo que había dicho a los otros niños. Sujetaba con fuerza su pequeño soldadito tallado en madera –el único juguete que había traído de Idris- y se repetía a sí mismo en la soledad de su cuarto que era un Cazador de Sombras y no tenía que temerle a nada. Se lo repetía cada noche, entonando las mismas palabras como una vieja poesía que hubiese aprendido de memoria mucho tiempo atrás, recitándolas una y otra vez hasta que perdían su significado.
Algunas noches le entristecía el hecho de no tener una madre que le cantara como Maryse lo hacía con los niños Lightwood. Aunque siempre había anhelado saber que había sucedido con la suya, nunca le había preguntado a su padre, y él nunca lo había mencionado. Ahora su padre estaba muerto y probablemente nunca lo sabría. Asi que en ciertas ocasiones, cuando pensar que era un valiente Cazador no funcionaba para atenuar su miedo, cerraba los ojos, escuchaba a Maryse cantar e imaginaba que ella estaba a su lado, que cantaba aquella balada francesa para él acariciándole el cabello y mirándolo con el amor con el que, Jace imaginaba, una madre miraría a su amado niño.
Quizás algún día en el futuro Maryse le tomara como un hijo.
Chante, rossignol, chante, toi qui as le cœur gai
Quizás entonces la escucharía cantar para él.
Tu as le cœur à rire… Moi je l’ai à pleurer
Quizás hasta podría llamarle mamá.
Quizás…
Y Jace se quedaba dormido pensando en lo que quizás podría ser, mientras Maryse en la otra habitación pensaba en él, y le cantaba sin que él lo supiera.
Il y a longtemps que je t’aime, jamais je ne t’oublierai
-À la claire fontaine -entonó Maryse-, m'en allent promener.
Jace la miró sorprendido.
-¿Qué?
-Il y a longtemps que je t’aime. Jamais je ne t’oublierai... Es la antigua balada francesa que yo les cantaba a Alec y a Isabelle. Esa sobre la que me preguntaste.
En aquel momento -había muy poca luz en la habitación y en la penumbra- Maryse lo miró como lo había hecho cuando él tenía diez años, como si ella no hubiese cambiado en absoluto en los últimos siete. Tenía un aspecto severo y preocupado, ansioso... y esperanzado. Tenía el aspecto de la única madre de había conocido jamás.
-Te equivocabas al decir que nunca te la canté -dijo ella-. Es sòlo que nunca me oìste.
Ciudad de Cenizas, Cassandra Clare. © 2008
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À la claire fontaine
FanfictionEste es un one shot que escribí allá por el 2013, y no recuerdo si alguna vez publiqué. Es más que nada algo que me surgió al escuchar la balada À la claire fontaine (de la cual estoy enamorada) y recordar algunas escenas de Ciudad de Cenizas entre...