peccatum

Capítulo 1

3 de marzo de 1839 

 La fría brisa acariciaba el rostro de Harry y el aroma a flores silvestres llego a su nariz otorgándole una tranquilidad y paz, que hace ya hacia tiempo no sentía; sus pies comenzaron a moverse hacia una enorme estructura con una apariencia muy particular, ya que era muy parecida a la de un castillo, pero bastante deteriorado a decir por su pintura exterior y las notables manchas de humedad que crecían desde su suelo y extendiéndose por sus altas paredes que terminaban en hermosos detalles de piedra que atraían mucho la atención pero sin quitar como la estrella del lugar a la entrada, que contaba con unas grandes puertas marrones con detalles dorados en sus bisagras y una gran cruz con la figura de Jesús que se encontraba sobre esa y por debajo el nombre del orfanato grabado en una reluciente placa.

al llegar a la entrada se encontraba un hombre que, a decir por su crecida barba blanca, arrugas a lo largo de su rostro y la leve inclinación de su postura se podría decir fácilmente que tenía unos noventa años, pero para Harry eso no era lo más destacado en ese hombre, para él era ese semblante en su rostro serio sin una pisca de expresión, causándole un leve escalofrió que recorrió todo el transcurso de su espina dorsal causando un leve espasmo en él.

-hola Harry bienvenido, me presento, soy el arzobispo Brown-si su expresión era seria, no se podía comparar con su fuerte y segura voz

-hola, gracias por la bienvenida arzobispo, tengo este sobre para usted me lo ha dado el padre que estaba a mi cargo antes de venir-Harry extendió su brazo y puso a la disposición del arzobispo el sobre antes mencionado

El arzobispo con su rostro aún igual de serio le dio señal de agradecimiento a Harry con su cabeza y por la hermosa puerta apareció un sacerdote que al parecer era de los que vivían y ayudaban en el orfanato

POV Harry

El sacerdote para ser sincero se veía muy joven tiene una piel morena, callo negro y una sonrisa que parecía ser muy agradable, no me sorprendería que tuviera unos años más que yo

-hola Harry, soy el sacerdote Zayn, pero si gustas solo llámame Zayn- el sin previo aviso se acercó a mí y cogió mi maleta, en otras circunstancias quizá hubiera entablado una conversación con Zayn o le hubiera dicho que no se preocupara de llevar mi maleta porque yo lo hubiera hecho, pero las cosas han cambiado mucho, comenzando porque ni siquiera quería estar aquí.

Sin percatarme por estar sumergido en mis pensamientos nos encontrábamos caminando por los casi oscuros pasillos, si no fuera por las lámparas de gas esto sería muy aterrador.

Cuando ya nos estábamos adentrando cada vez más empezaron a aparecer más personas, podía deslumbrar niños de todas las edades jugando, charlando o siendo regañado por algún servidor de la cura, no se veía tan mal como creía, pero de igual forma esto no es lo que quería para mi futuro, yo solo quería estar con mamá y papá en nuestra casa, pero eso ya no era posible y creo que solo tendré que resignarme a aceptarlo.

-muy bien Harry esta será tu habitación, la compartes con dos jóvenes más y son de tu misma edad- el sacerdote abrió la puerta de la habitación y al entrar se podían ver tres camas una de estas estaba perfectamente extendida y tenía un pijama perfectamente doblado, la otra estaba toda desarmada y la última que se encontraba junto a la ventana estaba bien acomodada y al parecer era la suya.

-vamos Harry entra, esta cama que está aquí será la tuya, puedes acomodarte y descansar si gustas, sé que no la has pasado bien este último tiempo, pero ya verás como el dolor pasara, solo confía en Dios y reza mucho para que alivie ese dolor que atormenta en tu corazón- si claro, como si rezar aliviara el dolor de la perdida de mis padres, pero no podía ser grosero con Zayn él se ha portado muy amable conmigo, así que solo le sonreí y asentí con mi cabeza.