CAP 20

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Dos meses después:

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Dos meses después:

Domenika:

Exhalo con mucha dificultad el humo de mi cigarro , miro mi mano con la que sostengo el cigarro, y puedo notar como tiembla de manera incontrolable sin ningún motivo aparente ...

La realidad es que hace una semana me vengo sintiendo así, nerviosa sin razón alguna .
He observado al resto de mi familia Guzmán notando se encuentran normal a lo que decido no decirles nada para no alarmarlos y dañar su paz sobre todo a Ovidio y alejandrina .

Me encuentro en el balcón de mi habitación del rancho en el que vivo con Ovidio , mirando el jardín y a los escoltas que ya se pasean por este con un perfecto y potente sol ya pegando a tempranas horas de este día , pienso y trato de entender a qué se debe mi nerviosismo y no me queda más remedio que adjudicar la sensación a mi familia en Rusia que posiblemente algo importante este sucediendo con ellos, cosa que no me causa preocupación en lo más mínimo .

Repentinamente unas manos cálidas, que adoro me toquen y recorran cada parte de mi, se hacen presente entrando de atrás de mi cintura marcando un camino hasta el frente de mi cuerpo.

Ovidio: S Dnem Rozhdeniya samuyu krasivuyu imeninnitsu vsey Rossii, Meksiki i vsego grebanogo (buenos días a la cumpleañera más hermosa de todo Rusia , México y todo el pinche mundo) - sonrio tiernamente viendo cómo Ovidio cada día aprende y perfecciona más del lenguaje ruso, incluyendo hasta las malas palabras

Domenika: Spasibo bol'shoye, lyubov' moya(muchas gracias mi amor) - me giré tomando su cara entre mis manos para besarlo

Ovidio: perate perate, me vas a quemar con esa madre - decía alejándose de mi agarre mirando el cigarro prendido

Domenika: ay Ovidio- rei - como crees que me voy a permitir quemarte mi amor

Ovidio: deberías comenzar a dejar esa pendejada - quito lo que quedaba de mi cigarro y lo lanzó por el balcón

Domenika: milaya no lo había terminado - lo mire sorprendida por su acción

Ovidio: esa porqueria mata - dijo una última ves para luego comenzar a besarme, bajando por mi cuello

Domenika: Ovidio espera - dije con la voz entre cortada sintiendo mi respiración acelerarse - alejandrina me está esperando para desayunar juntas

Ovidio: llegaras tarde - dijo rápidamente mientras me besaba más y más

Domenika: amor por favor - dije riendo mientras este no me soltaba y en cambio me iba metiendo del balcón a la habitación

Ovidio: voy a darle su primer regalo señorita domenika smirnovich maxinovak - río ladino despojando el saco que yo llevaba puesto, no me quedo de otra más que reír y dejarme querer

Con mis dos manos lo abrace por su cuello y tocaba su cabello que tanto me encantaba.

Me agarro de la cintura y me apretó fuerte, me abrazo junto a él pudiendo sentir todo su amor.  Nos seguíamos besando cada vez con mayor ímpetu. Tomo con sus manos mi cuello y lo rodeo, me agarro de la cintura y me aventó a la cama... Yo por mi parte abrí mis piernas haciéndole espacio para que pudiera ponerse sobre mi con Ovidio acercándose cada vez más a mí.

Continuamos besándonos, yo mordía su cuello, pasaba mi lengua por su oreja, respiraba cerca de él.
Quitó desesperadamente mi top quedando a la luz mis pechos que tanto adoraba, ya que yo no llevaba sostén . Ovidio agarro con sus manos mis senos y comenzó a masajearlos.  Con su boca empezó a besarlos, jugo con su lengua, poco a poco se empezaron a poner duros. Eran dos timbres perfectos a punto de estallar. Mi cuerpo empezó a sudar. Mis pechos eran dos bombas por detonar, estaban calientes, mis pezones parados. A este punto ya me sentía mojada.

Mi hombre bajo mi falda y luego mi ropa interior, estaba empapada, pasó su mano por mi zona y luego la metió a mi boca.

Mordía mis extremidades muy cerca de mi entre pierna, eso hacía que me mojara más. El deseo que me hacía sentir este hombre era incomparable y nunca antes experimentado, mis ganas de querer que ingresara a mí eran abominables, rozaba su lengua muy por encima de mi vulva. Me sentía calada, completamente húmeda. Emanaba calor, la temperatura estaba altísima, definitivamente este era el mejor regalo de cumpleaños de toda mi vida.

Ovidio se levantó y bajo su pantalón, lo mire y él también estaba a punto de estallar, vi aquel mástil duro y mordí mis labios.

Domenika: ¡Ahg! —Gemi de placer al sentirlo dentro mío, yo gemía  una y otra vez, estábamos haciéndonos uno en aquella habitación donde tantas veces nos habíamos demostrado nuestro amor, y hoy lo hacíamos una vez más. La ropa estaba por cualquier lado y Yo gemía y gemía, respirando muy rápido.

con una mano entrelazaba mi mano con la suya y con la otra agarraba mi cintura. Nos movíamos a la misma vez. Era perfecto el momento, y el me hacía humedecerme cada vez más. El sexo entre Ovidio y yo era  Fuerte, duro, pero también apasionado y sutil, y justo así nos gustaba a ambos. Sin importarnos lugar, hora o con quienes estemos, cuando hay ganas hay que caer en la tentación.

Seguía penetrándome con energía, yo me agarraba de la cama y encorvaba mi espalda hacia atrás. Estaba por acabar, pero no quería acabar antes que él. Y ahí en ese preciso momento entramos en un juego maligno de ver “quien aguantaba más”.

Estábamos muy excitados, con rapidez cambiamos de posición y yo termine encima de él. Bailaba sobre su miembro, mientras nos mirábamos tan sinceros y enamorados esto era una danza perfecta. Mis pechos rebotaban sobre sus ojos, mis pezones seguían muy duros. Era una cabalgada digna de San Rafael. Es lo que más me gusta y lo que más disfruto pero no con cualquiera, si no con el amor de mi vida, mi persona favorita. encima de él yo me movía con rapidez y fuerte, pero hacia pausas para hacerlo lento y que me disfrutara, quería que él me disfrutara como yo lo disfrutaba a el.

Ovidio: Ahora si— dijo susurrando, apretando mis caderas. Acabando casi a la misma vez, no teníamos voz, estábamos sudados y desnudos con aquella habitación de testigo.

Domenika: el mejor regalo de todo el mundo — dije riendo causando la carcajada de este

Ovidio: te amo— dijo acercándome a el besando mis labios tiernamente para luego acariciar mi mejilla — ahora si puedes ir a tu desayuno — río

quisimos pararnos y para sorpresa nuestra, teníamos las piernas adormecidas.

Domenika: privet (hola)— respondi a la llamada entrante en mi celular— voy retrasada, tuve en pequeño inconveniente— dije divertida mirando a Ovidio quién solo negaba feliz — allí te veo — finalice colgando la llamada con aleja.

Luego de unos minutos más disfrutandonos abrazados, dándonos cariñitos cursis Él se fue a bañar para irse al rancho de sus hermanos a resolver unos pendientes y yo me vestí sin tiempo de poder bañarme para seguir con el plan de mi desayuno cumpleañero.






Acabo de caer en cuenta que esta novela está a pasitos chiquitos de su final 😵

darte mi vida🍃|•| Ovidio Guzmán|•|TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora