adiós, mi ángel.

Capítulo 10

Capítulo 10 - Memorias de un pasado

Ante aquella respuesta y sintiendo levemente la respiración de Jacob sobre mí, le dije —L-lo siento. Y me corrí hacia un lado, liberándome así de la situación en la que me encontraba.

—Lo siento, es un poco divertido para mí verte así. —exclamó con una pequeña risita al final de la oración. 

Algo rojo y mirando para el lado contrario de donde él estaba le dije —P-ponte algo por favor. E inmediatamente respondió diciendo —Está bien, ya vuelvo.

Luego de que Jacob abandonó el lugar para ir a ponerse algo, regresó y me dijo —Estoy listo, ah, pero antes, ¿Ya comiste? 

Y le respondí —Sí, ya comí. 

En realidad no había comido. No quería pasar mucho tiempo con él, son muy fuertes los nervios que me hace sentir, solamente soy un chico después de todo. Igual debe de ser porque ha pasado un tiempo desde mi última relación y eso me dejó tan sensible como un adolescente en su plena pubertad.

Salimos y comenzamos a caminar, la mañana estaba muy hermosa, todo estaba muy verde, mientras caminaba pequeños fragmentos de mi infancia me llegaban a mi mente.

Jacob y yo íbamos muy callados mientras caminábamos, pero es raro, porque a pesar de que no había ni un ruido saliendo de nuestras bocas, no me sentía incomodo en lo absoluto, al contrario, me sentía bastante bien.

Jacob miraba a los alrededores apreciando el hermoso lugar en el cual nos encontrábamos al igual que yo. Hasta que Jacob paró de caminar y me tomó de la mano, algo confundido con ante aquella repentina reacción, lo miré y conectamos miradas por unos segundos y Jacob empezó a correr, afirmando mi mano, así que empecé a correr junto a él también. —¿A dónde vamos Jacob? —le dije mientras corríamos y él sólo respondió —Vamos, ya llegaremos.

No me sentía extrañado por tal reacción, no puedo explicar el por qué sentía esto tan normal, es una sensación bastante familiar la que sentía en este instante.

Sin quejas de algo, mientras Jacob y yo corríamos hacia quizás dónde, recordé algo que había vivido en la zona a la cual nos estábamos dirigiendo, es la zona de la promesa.

No esperaba que el aún recordara eso, para nada, rápidamente mi cara comenzó a tornarse de un color rojo, espero que no me haya traído aquí por lo que estoy pensando.

Cuando paramos Jacob yo nos separamos del contacto de manos que estábamos teniendo, ambos miramos a direcciones contrarias, algo tímidos los dos.

También descubrí que la mano de Jacob, la cuál era mucho más grande que la mía, cubriría totalmente mi mano si él así lo quisiera.

Jacob comenzó a hablar, diciendo —Aquí es, ¿recuerdas este lugar? 

Y pensé en decirle que sí, pero me daba curiosidad el pensar en qué me diría si le dijera que no, así que le respondí —No estoy muy seguro...

Jacob se mostró algo triste ante aquella respuesta, de todas formas añadió diciendo —Pues creo que ahora recordarás. 

Y se agachó al suelo, el cual era de tierra y comenzó a escarbar como si de un tierno perrito se tratara.

Le dije rápidamente —¿Qué haces Jacob? Te vas a lastimar la mano, y me respondió —Eso no importa Daniel, necesito que veas esto, es importante para mí. 

Así que me agaché y le dije —Entonces, déjame ayudarte también. Y comencé a excavar junto a él.

Sé que en este lugar habíamos enterrado algo cuando éramos pequeños, pero no puedo recordar muy bien el qué. Así que lo que sea que estuviéramos escarbando ahora mismo iba a ser totalmente un misterio para mí.