Dejamos de sonreír.

Pudiste haberla salvado.

Claro que ella dirá que está perfectamente bien, claro que te sonreirá como pequeña en día de navidad. Pero, ¿por qué no hechas un vistazo a su alma deshecha? atreves de esa mirada rota que es inevitable esconder, ¿por qué no escuchas con atención su voz y te das cuenta de lo quebrantada que es al terminó de cada palabra?, Porque ella te dirá todo el tiempo que está bien, porque ella puede jurar que está estable pero en silencio gritar desangrándose, no quiere unirte a su infierno, no quiere hundirte con ella, le teme al dolor ajeno que pueda provocar, le teme a su propia debilidad, a casi todo con lo que día a día se tiene que enfrentar. Y pudiste haberle salvado, tú eras su aliento en medio de sus pulmones cansados. Tu pudiste haberte quedado mientras ella ansiosa te esperaba en casa cautelosamente, aún tras irte pudiste haber regresado, pero sus gritos desesperados no fueron suficientes para tus oídos sordos y necios, pero sus manos no fueron lo suficiente cálidas para hacerte sentir en casa.. y no importa cuánto le hayas hundido, ella siguió en el mismo rincón esperando a verte retornar, ella siguió ahí por algún tiempo más.. pero claro, para ti no fue suficiente verla llorar, para ti ella no es suficiente, para ti lo más fácil era acecinarla con tanto amor hasta que un día dejó de respirar.