capítulo 1

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Capítulo 1

Su mirada se encuentra con la mía. No puedo creer lo que está pasando. Después de mirarnos por un largo tiempo se da la vuelta y comienza a caminar.

-¡Espera!- le grito con todas mis fuerzas. Espero que se dé vuelta, que me vea, que corra a abrazarme y me besara como antes y que dejemos todo en el pasado pero no es así, el camina sin mirar atrás, no lo puedo creer, siento como lentamente mis mejillas que algún día estuvieron rojas y calientes por estar junto a él ahora están mojadas por las lágrimas que esa misma persona ha provocado. ¿Cómo sucedió esto? En qué momento el cielo perdió su color rosa y tuve que volver a la realidad, una realidad de tormento y sufrimiento en la que antes vivía pero logre escapar, me estaba hundiendo lentamente otra vez.

UNOS MESES ANTES

Ana

Bip! Bip! Bip!

-porque siempre me olvido de quitar la alarma los fines de semana? generalmente la pongo para no llegar tarde a la escuela, pero olvido apagarla así que desperdicio valioso tiempo, y para una adolecente de 15 años como yo los sábados tendrían que ser:

1.-dormir hasta las tantas de la tarde.

2.-hablar con mis amigas para salir en la noche.

3.-tratar de conquistar al "chico de mis sueños".

Se supone que eso es lo que debería hacer según los estereotipos de adolecentes pero siento que ese tipo de cosas no va conmigo.

Bueno como sea tratare de dormir, mi "sábado" es algo distinto al resto, y es tan diferente que empieza a las 10 de la mañana y aún faltan un par de horas.

No pasan más de 10 minutos y la puerta de mi habitación se abre, mi madre trata de entrar sin hacer ruido, que pena que su codo no la acompaña y hace que tire un vaso de vidrio al suelo.

-Mamá me has dado un susto de muerte-dije saltando de la cama.

-Perdón, perdón, perdón, solo vine a decirte que el desayuno está listo, voy a buscar algo para limpiar este desastre que deje- no alcanza ni a terminar la frase cuando ya estaba en el pasillo.

Un momento, ¿desayuno? Pero si eran casi las 9 de la mañana, aquí hay algo que no calza. Cuando mi madre vuelve con una escoba y la pala pregunto.

-Mamá, ¿Por qué desayunamos tan temprano?-

-porque este fin de semana vamos de viaje- dice mi madre mientras se agacha a recoger los trozos de cristal que antes formaban un hermoso vaso.

-Vaya, que inesperado- le dije mientras me fregaba los ojos con las manos para poder despertar. - ¿Y a dónde vamos?- supongo que esa pregunta era la primera cosa que debí haber preguntado.

-Mi hermano nos invitó a su casa por el fin de semana-

-¿EL TIO ERIC?- casi me caigo de la cama por el salto que pegue.

-Si hija, el tío Eric- el tono de mi madre es como si yo fuera una niña pequeña.

Hace años que no iba a la casa del tío Eric, es una gran casa alejada de la ciudad, es muy acogedora lo único malo es que no hay mucha gente por la zona, ya que mi tío es una persona que no le gusta vivir rodeado de mucha gente.

Me levanto deprisa para tomar mi ropa, sobre mi cómoda hay una camiseta celeste, seguramente la dejo mamá ella dice que esta camiseta hace que resalten mis ojos de color café claro y en parte tiene razón, tomo una peineta para desenredar mi largo y suave cabello negro, creo que es lo que más me gusta de mí, y por ultimo me pongo unos shorts y unas sandalias. Pese de que estamos entrando en primavera hace mucho calor.

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