🥀┊Capítulo 15

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-Desayuna rápido y te vas a clases.

Haruto dejó de mirar a su padre y se quedó mirando su plato.

Todo le resultaba tan asqueroso y vomitivo.

Se había pasado toda la noche sin dormir y cuando al fin había empezado a cerrar los ojos, los gritos de su madre contra su puerta le habían despertado del todo. Estúpida mierda.

Los recuerdos de la noche anterior impactaron contra su mente y solo atinó a pasarse la mano por su duchado cabello y cerrar los ojos. Recordó cómo había subido las escaleras, se había lanzado a su cama y se había pasado la madrugada intentando saber por qué demonios después de tirarse a Jeongwoo, en lugar de sentirse totalmente liberado y dispuesto a continuar con su vida de mierda, se sentía más jodido que antes.

Mucho más jodido que antes.

Y también se había gastado una hora pensando en el problema que a pesar de ser más grande, parecía no tener tanta importancia en su mente: Se había follado a un hombre.

Se había follado a un hombre. Y no a cualquier hombre; se había follado a su sirviente.

Y eso lo hacía un maricon, ¿no?

Sintió un revuelco en el estómago y alejó el plato de su sitio.

-No tengo hambre.

-Bien, entonces vete de una vez.

El hombre se llevó el tenedor a la boca y le hizo una seña hacía la puerta como animándole a largarse. Haruto se mordió el labio para no responderle y se volvió hacia su madre, que estaba mirando hacia un lado en particular con el ceño arrugado de forma extraña.

-Jeongwoo, si no te sientes bien, ve y descansa, hijo.

Se quedó quieto cuando escucho eso y sintió que todos los músculos se le tensaban, ¿desde cuándo estaba Jeongwoo allí? Sus ojos se movieron hacía atrás, aunque no logró ver más que una sombra cerca de las escaleras.

-N-no se preocupe señora, todo está bien, muchas gracias...

Se giró para mirarlo y lo encontró pasando una franela alrededor de algunos portarretratos y adornos de una mesa. Tenía la apariencia de estar extremadamente cansado y sus brillantes ojos lucían más hinchados y rojos que nunca. Incluso así lucía tan provocativo. Recordó como la noche pasada sus labios se habían devorado a los suyos y su aroma se había quedado impregnado en cada centímetro de su piel.

Haruto se levantó de su asiento y salió de la casa bruscamente, montándose en su vehículo y llegando al estúpido instituto en menos de cinco minutos. Cuando lo hizo, notó que todos los estudiantes corrían hacia un círculo en general, reuniéndose con cámaras fotográficas y celulares de último modelo. El griterío estaba a punto de asordarlo.

-Haruto, hasta que al fin te animas a venir, tío.

Junkyu le dió una palmada en el hombro con su típica sonrisa de oreja a oreja, colgándose la mochila en un solo brazo, mientras miraba hacia el grupo con curiosidad.

-¿Qué carajos pasa?

-Yoshinori está anunciando su relación a todo el mundo.

-¿Yoshinori?- Haruto dejó caer la mandíbula y luego escupió al suelo.- Que putada, ¿no le bastó con decírnoslo, sino que ahora quiere hacerlo público?

El atlético deportista se mordió el dedo pulgar y se encogió de hombros.

-Dice que solo lo está haciendo para que la chica esa esté contenta y que luego piensa terminar con ella... Aunque no creo que lo haga.

ɪɴᴏᴄᴇɴᴄɪᴀ ᴘᴀsɪᴏɴᴀʟ | ʜᴀᴊᴇᴏɴɢᴡᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora