Capítulo 2

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Y jodidamente por eso amaba los hoteles 5 estrellas, uno de los mejores, sin duda. Su cuerpo se sentía tan relajado y esplendorosamente cómodo, las sábanas la arropaban como mantas del cielo, su cabeza recargada en aquellas nubes cómodas de algodón y su cuerpo acostado en una pompa enorme de bolitas de algodones suaves.

Perfecto.

Simplemente perfecto.

Excepto por el detalle de tener amigas que simplemente les valía una reverenda hectárea de basura su sueño, estaba aferrándose a su poca humanidad restante para no saltarles encima y golpearlas.

—¡Loren Jaguari!, ¡Loren Jaguari!, ¡son las 8 de la mañana, levanta ese culo pálido!—Gritaban en coro mientras brincaban infantilmente en su cama haciéndola rebotar levemente.

—¡Loren, Loren, Loren, arriba, arriba, arriba!—Lucía brincaba más bruscamente rozando el cuerpo de su amiga tirada.

—Nos va a matar—Murmuró la morocha sin dejar de saltar.

—Amiga, si tienes miedo de vivir, ni hubieras nacido—Habló la pelinegra caminando raramente sobre la cama hacía ella—La vida es una, y hay que vivirla al máximo—Asintió palmeando el brazo de la morocha quien seguía saltando.

—¡Vamos, Lauren, solo faltas tú!—Exclamó Allyson cometiendo el golpe final.

Se lanzó y se dejo caer pensadamente sobre el cuerpo cansado de la ojiverde, todas dejaron de saltar viendo sorprendidas la acción de la pequeña rubia.

—Bueno, hay personas que no le temen ni al mismo diablo—Señaló la pelinegra volteando a ver a la morocha.

—¡ALLYSON!

El grito de la ojiverde resonó por las 4 paredes e inmediatamente todas se bajaron de la cama ante el grito furioso de la mujer de ojos verdes, todas a excepción de Allyson, quien parecía hacerle una llave de pelea a la mujer, quien bruscamente se había levantado para golpear a la baja de estatura, y ambas se vieron envueltas en una pelea de tipo WWE, inevitablemente Verónica y Normani corrieron por los teléfonos para grabar aquella violenta pelea, ni Lauren ni Allyson se dejaban ganar, ambas trataban de tumbar a la otra al suelo sin importarle demasiado el dolor que se causaban.

—Creo que deberíamos pararlas—Murmuró la morocha haciendo una mueca ante el golpe de codo que la ojiverde recibió en el estómago y la jalada de cabellos que casi tumba a la rubia.

—Tienes razón—Concordó la pelinegra viendo la cara de dolor y furia de ambas.

—Esperemos unos momentos—Dijo la castaña cruzándose de brazos, Verónica y Normani la voltearon a ver confundidas, sin embargo, suspiraron y asintieron. 

Ninguna de las dos soltó el teléfono ni dejo de grabar, con esa información fácilmente podrían sobornar aquellas dos "serias" mujeres . 

—¡Maldita sea, Allyson!—Se sujetó con un brazo el estómago mientras el otro seguía jalando del cabello a la rubia.

—¡Por tratar de golpearme, perra!—Maldijo sujetando con ambas manos las manos de la mayor en estatura en un intento inútil de librarse.

—¡¿Perra?!, ¡tú, sabandija rabiosa, me sacaste el jodido aire!—Gruñó furiosa inhalando profundamente ante el dolor que sintió por la perdida de aire. 

—¡Tenemos hambre y tú ahí dormidita!—Rechistó la rubia pellizcando la muñeca de la ojiverde, logrando que esta la soltara. 

—¡Ouch!—Chilló la ojiverde llevándose las manos al pecho y frotarlas entre ellas para aliviar el dolor—¡Allyson!—Reclamó mirando con dolor a la rubia, pero no sé espero recibir un rodillazo en la entrepierna que definitivamente la tumbó en la cama—Jodida mierda, ¡Mis testículos, imbécil!

Buscando a mi esposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora