Capítulo 6

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—¡Hija de la más grandísima perra!—El grito de la ojiverde lleno las cuatro paredes de aquella habitación junto a las carcajada de la pelinegra.

Las pisadas fuertes de ambas resonaron por todo el departamento haciendo que Lucía, Normani y Allyson suspiraran cansadas ante la inmadurez de sus amigas, sin embargo, la mujer de piel negra no pudo contener la carcajada al escuchar cual canción estaba sonando. No eran más de las seis veinte de la mañana, habían pasado un par de días desde la aquella reunión con Verónica y Lauren, donde la pelinegra buscaba de todo para hacer enojar a la ojiverde, como esta vez, ese día era el primer día que la ojiverde regresaría a la escuela, 5 meses después de las Vegas, 2 meses después del problema de Camila, quien en Twitter subía twitts sin sentido para la mayoría alborotando a la mayoría de sus fans.

—¡Verónica!, deja de molestar a Lauren y deja de poner U shaped Space—Pidió la rubia caminando tranquilamente a la cocina con varias mochilitas en la mano.

Las carcajadas de Verónica parecieron aumentar más y en segundos la pelinegra estaba a su lado jadeante y con las respiración desigual, su rostro rojizo acompañados de perlas de sudor.

—¡Te sabes el nombre de la canción!—Lauren llegó momentos después luciendo igual o peor que la pelinegra, aunque la ojiverde estaba altanera e indignada.

Allyson enrojeció ante la acusación de la ojiverde, y se volteó hacia la mujer de piel pálida dejando a un lado los desayunos que estaba preparando.

—La canción es famosa—Se excuso cruzandose de brazos viendo a la jadeante y sonrojada ojiverde—Es un detalle inedulible no saber la letra y el nombre.

—¡Te creo que sepas el nombre pero no la letra!—La ojiverde la señaló  con el dedo cuando Allyson dijo que la ineludible al no saberse la letra.

—Bue-Bueno... La-la chica tiene buenas canciones y sus ritmos son pegajoso, la letra es muy bonita... ¡Anda a apurarte y deja de estar criticandome!—Exclamó cambiando inmediatamente de tema mientras señalaba energética el camino al cuarto de la ojiverde.

—¡Te sabes sus canciones!—Su rostro indignado solo causó gracia en Verónica y Normani, quien había caminando a la cocina por el alboroto.

—Oigan—Interrumpió la morocha llamando su atención—No es por ser mala onda ni nada pero... nos debemos apurar, Lucía y yo empezamos en poco, tú Ally—Dirigió su mirada a la rubia— Aún te falta pero—Volteó a ver a Lauren—Tú no tienes demasiado tiempo, así que ¡Vamos!—aplaudió varias veces en ademán que se apuraran—¡Tú, Verónica!—Señaló a la pelinegra, quien tranquilamente caminaba a la mesa para agarrar comida—Preparate, que serás tú quien nos llevarás.

La pelinegra la volteó a ver con la boca entre abierta y la nariz fruncida, una clara muestra de disgusto.

—¡¿Por-por qué yo?!—Chilló la pelinegra señalandose con molestia.

—Eres la única, aparte de Lauren, que maneja rápido—Explicó cruzándose de brazos luciendo firme ante su decisión.

—¡Lauren puede...!

—No, no puede, no tiene auto—La vio fijamente y con seriedad.

—Puede manejar mi carro—Trato de dar la opción pero la ceja levantada de la mujer la hizo desistir.

Verónica bufó en bajo y refunfuño maldiciones mientras tomaba una manzana y se dirigía curvada a la sala de estar, la mujer de piel negra sonrío triunfante una vez la pelinegra pasó a su lado. Se volteó y camino a la sala viendo a Lucía abrir algunas cortinas para que el alba de la mañana pudiera entrar, aunque el alba no era muy deslumbrante a esas horas de la mañana, pero en unos minutos estaría todo su esplendor, lo que les daba aviso que llegaban tarde. Ella fue a tomar sus cosas escuchando un alboroto en el cuarto de la ojiverde, no se querían imaginar el desastre que había ahí conociendo a la parte tardía de Lauren, etapa donde no le interesaba cómo vestía, no le interesaba el desastre, sólo le interesaba llegar a tiempo.

Buscando a mi esposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora