Capitulo 3: Los refugios

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Después de ver la ciudad deshabitada, Assix pensó erróneamente que todo permanecía así, hasta que visitó las estaciones del metro, un lugar que parecía muy seguro, pero tristemente inhumano. Ahí los makarovs convivían en paz, existían mercados y puestos donde los vendedores despachaban a los compradores. La moneda de intercambio eran las gemas quebradas. Algunas zonas del metro tenían sus luces blancas encendidas, probablemente por generadores de energía puestos por los supervivientes. Algunas otras zonas estaban apagadas, pero no abandonadas, las personas trataban de iluminarlas con velas para mantener toda la estación visible. Tenía un aspecto de una ciudad subterránea, una sucia e insalubre distopía improvisada.

Assix observaba todo este paisaje desde las escaleras donde antes transitaban las personas que se movilizaban para ir a la superficie. Por su cabeza pasó la idea de que estaba sentado en el lugar donde pasaban los ciudadanos para tomar el transporte público y dirigirse a sus trabajos, a sus interminables jornadas laborales. ¿Cómo pudo cambiar el mundo tan radicalmente para que ahora esas personas estén, o descansando en paz o sobreviviendo en este lugar?

Assix se levanta para dirigirse a uno de los locales que estaba viendo, se trataba de un restaurante. Él ve lo que están cocinando y pide algo para comer. De uno de sus bolsillos saca la mitad de la gema que mató Alex y pregunta para que le alcanza con esa mitad. Uno de los cocineros le responde mostrándole comida enlatada. Assix toma una lata de alimento mientras intercambia la gema y se retira del lugar, regresando a las escaleras para volverse a sentar donde mismo, solo.

Assix abre el contenedor y empieza a comer, hasta que es interrumpido. Delante de él aparecen seis personas con trajes militares y símbolos makarov. Assix estaba seguro de que no eran militares, simplemente se trataba de insurgentes, tenía claro que ellos y él eran los rebeldes como se lo había contado Alex.

Dos de los "soldados" makarovs se detuvieron justo enfrente de Assix, tapándole la luz del metro, pareciendo unas figuras oscuras sin identidades, Assix solo levantó la mirada. Uno de los hombres pregunto:

- ¿Es usted el joven Assix? -.

-Si señor-. Responde con un poco de miedo

-Alex lo está buscando, venga con nosotros-.

Assix va terminándose su comida en lata mientras van caminando a la antigua área de empleados donde se encontraba un cártel que decía: "Sólo personal autorizado". Los hombres le abren la puerta a Assix, lo que da vista a la habitación. Hay una mesa en el centro con lo que parecen ser mapas de las líneas del metro, algunas personas rodean la mesa dialogando sobre "movimientos" los cuales Assix no entiende el contexto. Alex se encuentra de pie hablando con las personas mientras ven el mapa y señalan zonas. Lo que parece entender el chico es un posible conflicto subterráneo en las estaciones como las que se encontraban ahora mismos, ellos programan y planean estrategias analizando estaciones perdidas, recuperadas o intactas.

Una radio en la habitación comenzó a hacer sonido de estática, se escuchaba muy vagamente la voz de personas informando sobre su situación. También había otro individuo sentado al lado de la radio escuchando las voces y tratando de entenderlas.

-Ahí estas-. Dice Alex, aliviado mientras se dirige a Assix. -Quiero presentarte a un hombre, es él quien quería verte-.

De uno de los hombres que estaban sentados, se pone de pie un soldado, un hombre mayor, robusto y con rasgos faciales maduros y afilados. Él soldado comienza a hablar:

-Joven Assix, soy el general Ernesto de la Torre, dirijo una pequeña parte de lo que puedes ver cómo nuestro ejército makarov, somos sólo un pelotón pequeño, pero hay más de nosotros en otros refugios, en otras ciudades. Los civiles se quedan en los refugios, pero nosotros exploramos zonas para hacerlas habitables, aunque eso quiere decir que hacemos sacrificios... cómo lo que pasó en las alcantarillas. Se perfectamente que por tu edad no te deberías meter en estas situaciones, aun eres muy chico para entrarle a estas cosas, te estaría quitando tu niñez y lo siento, pero es que necesito más personas. Estamos reclutando a civiles refugiados y tú eres uno de ellos. Estamos haciendo esto porque nuestra supervivencia depende de ello: ¿Quieres unirte a las fuerzas rebeldes makarovs? -.

La Segunda Llegada de las GemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora