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-¡Lo hice! -se escuchó un grito de emoción sobresaltando todo aquel que estuviera en esa gran casa, incluso a algunos de los guardias.

-¿Que hiciste? -se escuchó la voz de Changbin quien yacía en el sofá jugando con su cachorro y comiendo de sus snacks, totalmente desinteresado.

-Ojalá me escucharán cuando hablo -suspiró cansado y giró su laptop mostrando las fotos de lo que parecía ser un club -¿No recuerdan a Kang?

-¿Él idiota que se atrevió a estafarnos? Sí, ¿tienes información sobre él? -se levantó hwang interesado seguido de Changbin quien veía las fotos.

-Oh porfavor, soy Lee Minho. Por supuesto que tengo información.-dijo con aires de orgulloso.

-A ver, espero nos sirva. -se sentó en el sofá junto a Changbin que seguía mirando las fotos curioso.

-Kang, nos dijo que era un hombre de "negocios" pero, en realidad el maneja una cadena de casinos. Hace dos días los perdió todos debido a las deudas de las apuestas. Todos menos uno, y para agrandar sus ganancias ¿saben lo que hizo? Secuestrar a 3 chicos especiales.

-¿Estos? -Changbin mostró la foto de tres chicos abrazados, parecían felices. Hyunjin frunció el ceño viendo la foto curioso.

-Sí, esas fotos son de semanas antes. Mandó a sus guardias por la ciudad para vigilarlos. Y hace dos días, cuando ya había oscurecido, al encontrarlos tan indefensos, los secuestró.

-¿Y tú como supiste todo esto? -preguntó hyunjin curioso.

-Al principio fue casualidad, solo quería venganza con Kang es por eso que logré controlar las cámaras de sus casinos para buscar algo que lo hundirá para siempre.

-Eres un completo genio Lee pero, ¿que deberíamos hacer? -changbin miró triste la foto de los chicos.

-¡Shh! -se quejó hyunjin señalando la otra laptop, que mostraba una cámara en la que los tres chicos estaban en una habitación, dos de ellos atados, mientras que el último intentaba romper las sogas con un trozo de cristal, logrando lastimar sus manos.

-Minho, sube el volumen.-Lee obedeció y los tres guardaron silencio viendo cómo el rubio intentaba ayudar a sus dos amigos.

-Jeongin, deja de llorar. -el rubio rompió por fin las sogas abrazando al menor.

-l-lix, ¿n-nos van a m-matar? -jeongin lloraba sin parar sobre el hombro del rubio.

-No jeongin, no digas eso. Vamos a escapar, y si no no logramos escapar podemos borrar su memoria, o tal vez Jisung pueda... ya sabes.-susurró tal que a penas se escuchó.

-No voy a hacer eso. -el castaño, que veía todo desde un rincón por primera vez, habló.

-¿Prefieres morir? -el rubio al ver que jeongin comenzaba a llorar otra vez, acarició su espalda arrepentido de lo que había dicho. -Jisung, se que tienes miedo de lastimar a las personas, pero hay veces en los que uno tiene que defenderse de los malos. Porque creo que deberíamos descartar la idea de que alguien venga a salvarnos...

-Nadie quiere a un monstruo vivo. -susurró el castaño abrazando sus piernas y hundiendo su cara en ellas, mientras que sus lágrimas caían.

SnowflakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora