tomaré tus manos (sé que me estás esperando) ;; minayeon

dos.

─Nayeon-ssi ─dice el anfitrión, inclinándose hacia adelante con interés ─¿TWICE todavía se reúne de vez en cuando?

Nayeon echa un vistazo rápido alrededor del estudio, todos los ojos, tanto reales como digitales, enfocados en ella, y finge una amplia sonrisa de conejita.

─De vez en cuando ─responde, aplaudiendo con júbilo ─. Sana-yah visitó Corea el otro día y lo pasamos muy bien en mi apartamento. Las demás están ocupadas, por supuesto, pero hacemos todo lo posible para mantenernos actualizadas en nuestras vidas.

El anfitrión — Nayeon olvidó su nombre; todos comienzan a mezclarse a lo largo de los años — asiente con fervor.

─Es bueno escucharlo. Desde que TWICE se separó, sus fans han estado hambrientos de una reunión. Nueve o ninguna, como diría ONCE.

No son los únicos, piensa Nayeon para sí misma, casi con amargura. Pero su sonrisa no vacila. Años de estar bajo el foco de atención le han enseñado a enmascarar bien sus emociones, especialmente cuando se las examina con tanto detenimiento y detenimiento. No es difícil mantenerse al día con la imagen perfecta de TWICE que tiene el público, pero los medios son implacables. Un movimiento en falso, un desliz, un gesto de sonrisa y todo podría irse al infierno bastante rápido.

─ONCE siempre esperará a TWICE ─dice Nayeon, poniendo una mano sobre su corazón ─, y siempre estaremos eternamente agradecidas por el apoyo y la paciencia.

Es difícil deshacerse del hábito de referirse a todo lo que hace como nosotras. Nunca le ha gustado tanto estar sola, siempre ha trabajado mejor con un grupo, ha encontrado consuelo en la soledad pero nunca la ha anhelado realmente. Se pregunta en voz baja, casi como una ocurrencia tardía, si alguna vez estaría completamente bien estando sola de nuevo.

─¿Cómo se siente? ─pregunta el anfitrión.

Nayeon parpadea. ─¿Qué cosa?

─Has estado en la industria durante diez años ─dice el presentador con una voz que Nayeon está segura de que tiene un tono; ella resiste la tentación de poner los ojos en blanco, entendiendo que las mujeres de su edad no son precisamente elogiadas por seguir siendo el centro de atención ─¿Alguna vez has pensado en sentar cabeza pronto?

Los ojos de Nayeon recorren el estudio, tomando nota de las docenas de personas que ven la entrevista. Su gerente, bendito sea, niega con la cabeza no tan sutilmente. Ella suspira.

─Bueno ─comienza, sonriendo dulcemente a la cámara ─, sólo el tiempo lo dirá.

Es lo mismo que le dice a todos los anfitriones que le hacen una pregunta similar. ¿Algún plan de sentar cabeza pronto? Ella no puede evitar sentirse molesta por cómo no se le plantea la misma pregunta a otros idols masculinos. Al parecer, para los hombres, el único camino a seguir es subir, sin importar quién seas, tu edad o tu condición física. Para las mujeres, es lo mismo hasta que alcanzas los 30 y todos se preguntan por qué no hay un anillo en tu dedo todavía o un hombre en el horizonte más cercano.

Nayeon mira sus nudillos y todavía puede imaginar el anillo de promesa que una vez le habían otorgado. Hace girar su mano en un puño tembloroso.

• • •

─Nayeon-unnie ─dijo Mina, golpeando ligeramente con los nudillos la puerta que da a la habitación de Nayeon ─¿Estás bien?