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Me mire al espejo, peinado, bien.
Estaba lista.
Primer día de clases, debía admitirlo estaba emocionada.
Baje y Stella servía el desayuno a mis padres en la isla de la cocina.
—Gracias, Stels. Buenos días.
Bese las mejillas de mis padres y la de Stella.
Desayunamos con tranquilidad y a la hora adecuada tome las llaves de mi auto y mi mochila para irme al instituto.
Al llegar me di cuenta de lo enorme que le lugar era.
No solo impartían clases de fotografía, también música, actuación, teatro, cinematografía, modelaje. Era increíble el lugar.
Trataba de encontrar mi casillero para poder dejar algunos cuadernos allí y dirigirme a mi primera clase.
—Mierda, perdóname.
Susurré al chocar con una chica y se cayeron un par de sus cosas.
—No tranquila yo igual...—levantamos la mirada y una sonrisa se dibujó en su rostro.
—¡____! Que gusto volver a verte.
—Hola, Jelena— sonreí amablemente.
—Puedes llamarme como quieras, Jelena es muy formal.
—Jelena me gusta, tu nombre es hermoso—murmuré cortésmente y entregándole sus pertenencias.
–No me hagas sonrojar– dijo y reí.
–Tratare de controlarme– bromee –¿Y Taylor, y tu hermana? ¿Isabella era que se llamaba?
Gigi asintió.
–Fueron a la cafetería del insti, vamos. Les agradara verte.
–Oh no, yo debo irme ya. Perdóname.
–Joder, vamos. Luego te llevamos a donde quieras.
–No creo que sea buena idea, Jelena.
–¡Vamos, ven!
Jelena me arrastro con ella y fuimos la supuesta cafetería. Era un Starbucks que estaba en el campus, justo al frente de la torre en donde estábamos.
Isabella y Taylor estaban saliendo con los cafés y una bolsa del lugar. Ambas al vernos sonrieron alegremente.
Taylor me abrazó como si me conociera de toda la vida y me di cuenta que Jelena y ella eran las más extrovertidas.
–Que guay volver a verte, ____. No te dejaremos en paz, nunca más.
Dijo la castaña. Rei ante su mención.
–Hola Isabella–sonreí a su dirección.
–Hey– susurro.
Tomé los cafés que tenia en mano y le di un beso en su mejilla. Ella sonrió un poco más cómoda y acaricio mi brazo.
–Un gusto verte nuevamente, Grey.
–Las ayudare con esto y no se los daré hasta que ustedes me ayuden a conseguir mi casillero.
–Trato hecho– dijo Gigi, reí.
Fuimos a la torre de modelaje y fotografía el cual era nuestro destino, entre risas y una conversación bastante cómoda.
Al encontrar el casillero les entregue sus cafés y ellas estaban gustosas de estar conmigo.
–¿A dónde debes ir ahora? Te acompañamos –se ofreció Gigi.
–Oh no, tranquila. No quiero ocuparlas, demasiado. Fue un placer verlas, chicas– dije mientras solo tomaba un cuaderno y guardaba mi lápiz en mi bolsillo trasero.
–Oh no, no creas que te libraras de nosotras esta vez. Estaremos como chicles a tu lado ahora que te encontramos– Gigi dijo graciosamente y reí.
–¿Por qué tantas ganas de ser amigas mías? – pregunte confusa mientras me guiaban hasta mi destino.
–¿Acaso no te gusta nuestra compañía? – una confundida Isabella pregunto.
–Oh no, no malinterpreten.
–¿Somos muy poco para la señorita Grey? – bromeo Gigi.
–Cállate, tonta– reí.
Suspiré y ellas esperaban una respuesta, se las di.
–Es que no creí que chicas como ustedes quisieran ser amigas de alguien como yo.
–¿Y que hay de malo en ti, tonta? – pregunto confusa Taylor.
–No lo sé, es solo que ustedes son... modelos y hermosas y... modelos–reí.
–Tu eres una Grey y créeme cuando te digo que también eres hermosa, eh. Todo un bombón– respondió Gigi alzados sus cejas en forma divertida.
–Gracias por el halago y gracias por acompañarme. ¿Les parece si les invito al salir a comer algo?
–¡Si, por supuesto! – Gigi chillo emocionada y reí. Su forma de ser me hacía reír constantemente.
–Bien, las veo al salir en el Starbucks, a las 2 pm entonces. Cuídense y gracias por traerme.
Les dije cuando estábamos frente al aula de mi primera clase y me despedí de cada una.
