PRÓLOGO

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Estaba parada enfrente a la puerta del cuarto perteneciente a su hijo, sinceramente tenía un poco de nervios ya que no sabía cómo se tomaría esas palabras cuando se las dijera, por ello había optado por contarle de una forma un tanto particular.

Soltó un corto suspiro para poder liberar todo rastro de nerviosismo y entró a la habitación, encontrándose a su hijo echado en su cama, viendo en su celular , quién sabe qué, con los audífonos puestos.

Cuando su hijo se dió cuenta de su presencia, apagó el celular y se sacó los audífonos, dejando ambas cosas a un lado de su cama para poder hablar bien con su madre.

-¿Qué pasa mamá? -preguntó viendo a la mayor con cierta curiosidad.

-Hijo alista tus cosas por favor, hay un vuelo que tomar -habló la italiana con un semblante serio.

-E-está bien -se había quedado un poco asustado por la forma en que había respondido- ¿Pero para cuántos días? -miró a su madre esperando la respuesta.

-Lo necesario para un año -caminó hasta estar frente a la puerta y antes de salir, susurró- Te espero en el auto.

Acaso escucho mal ¿Cómo que para un año? No podía creer lo que le había dicho ¿Qué estaba pasando? ¿A dónde lo llevaría su madre? Pero sobre todo, ¿Qué había hecho para que su madre haya tomado esa decisión? ¿Qué estupidez hizo? No recordaba nada malo que haya hecho ¿O acaso sus hermanos eran los que habían hecho esa idiotez y luego le echaron la culpa?
Porque si era así, iba a matarlos.

Acaso escucho mal ¿Cómo que para un año? No podía creer lo que le había dicho ¿Qué estaba pasando? ¿A dónde lo llevaría su madre? Pero sobre todo, ¿Qué había hecho para que su madre haya tomado esa decisión? ¿Qué estupidez hizo? No recordaba nada ...

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Decidió romper con todo ese silencio que se encontraba en el auto, soltó un suspiro y miró con un poco de nerviosismo a su hijo que se encontraba mirando a través de la ventana del coche.

-Hijo...-dijo para tener su total atención- ¿Recuerdas a España y a Tahuantinsuyo?

-Si, los recuerdo muy bien ¿Por qué?

-Bueno... ¿Recuerdas que me dijiste que te estaba resultando muy díficil conseguir trabajo?

-Si, pero ¿Qué tienen qué ver ellos con eso? -dijo sin entender nada.

-Te conseguí un trabajo y ellos serán tus jefes -habló algo seria, a veces no entendía como su hijo no podía captar ninguna indirecta a pesar de ser tan simple.

-¿Enserio? Muchas gracias mamá -dijo alegremente- ¿De qué trata el trabajo?

-Pues... Vas a tener que cuidar a su hijo mientras ellos están de viaje por un año masomenos -dijo rápidamente, pero lo suficientemente entendible para el contrario.

Pudo ver como su hijo tenía el rostro completamente atónito, ya sabía lo que se venía, así que solo se dispuso a tapar sus oídos y a contar

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-¡¡¿¿Qué??!! -gritó haciendo que hasta el mismo conductor se asustara.

Era por eso que su madre había estado dando tantas vueltas al asunto, porque iba a cuidar a un niño de quién sabe cuántos años, por un año, ni siquiera un mes, iba a ser un maldito año.

-Tranquilo te van a pagar bien y el lugar dónde te quedarás es muy cómodo -dijo intentando tranquilizarlo.

-¡¿Enserio?! Que tranquilo me siento ahora, mamá -habló con sarcasmo.

-Argentina por favor, cálmate -tomó las manos de su hijo y le dió una mirada tranquilizadora- tal vez no sea el trabajo que tú esperabas, pero es un buen comienzo, luego puedes buscar otro trabajo, ya que tantos años en la universidad no se van a desperdiciar, solo quiero que empieces bien, así que podrías aceptar por favor -dijo de manera suplicante la última frase.

-Ahg está bien -dijo algo irritado.

-¡Perfecto! Entonces te diré todos los datos básicos para que no cometas ninguna equivocación -dijo alegremente.

-Ajá -dijo finalmente para seguir viendo el camino que se recorría hasta el aeropuerto mientras escuchaba como su madre hablaba.

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Por qué él?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora