Rumor

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Hay un secreto a voces entre los nobles, un rumor que incluso si se menciona en las fiestas de té o en las fiestas y cenas de invierno, este se susurra con voz baja; como si un hechizo hiciera que nadie lo pusiera pronunciar en voz alta, sin sufrir desgracias.

Hay un rumor que viaja de boca en boca y de oyente en oyente; el cual dice que los invasores de lanzenave se han usado como sujetos de prueba para experimentos sin moral ni honor. Que, al no ser nobles de este país, no merecían estar en la torre blanca y ni siquiera eran tratados como los plebeyos.

Hay parte de verdad y parte de mentira en ese rumor. Si bien, todos los criminales con mana fueron repartidos entre todos los ducados y llevados a la torre blanca. Los que eran de ese país de origen antes de que llegarán los de la antigua familia real; aquellos que no tenían gran cantidad de mana como para usarlos para las ofrendas, fueron llevados a cierta parte del cuartel de caballeros; una zona donde no muchos nobles pueden entrar incluso con acceso; en parte, para ser interrogados, y en otra, para ser torturados si no mostraban cooperación.

Es un lugar que está en cierta medida conectado con el centro de investigación.
Fuera de la vista humana, construída de forma subterránea, para evitar el cuestionamiento de las masas.

En una zona en lo profundo de ese lugar, donde la luz del sol no llegaba nunca, se encontraban varias personas paradas frente a una celda. Viendo a otra persona de tez bronceada que fue juzgado como criminal.

-Ya veo, con estos resultados es obvio que está vez el aguantará la próxima sesión; espero encontrar ciertas cosas en los siguientes reportes-

Una voz, algo profunda, veía los papeles que tenía en la mano, su figura destacaba incluso entre esas personas que estaban en ese inhóspito lugar.

-Esperamos que los análisis de las otras personas muestren los mismos resultados favorables; aunque algunos han mostrado malestar al sentir ciertos componentes dentro de su cuerpo; como dificultad para respirar o estar de pié. También otros síntomas leves como vértigo, sudoración y vómitos. Algunos han respondido favorablemente si las dosis sólo son pequeñas, hasta ahora no ha habido ningún nuevo deceso.- se escuchaba mencionar al que parecía una persona importante en la investigación. -Lord Ferdinard, esperamos que esto siga así hasta que pasemos a la siguiente fase.

-Bien, avisarme si se muestra alguna anomalía en los sujetos de pruebas.- decía Ferdinard para darle los papeles a Justox -por el momento tengo que retirarme, volveré a mis actividades diarias. No hagan ninguna mención de esto en el castillo, si van a contactarme que sea sólo en el centro de investigación.-

Lord Ferdinard se daba media vuelta para irse a la zonas "altas" del lugar, a donde estaba la zona de transferencia que lo conectaba con el centro de investigación. Ya en éste caminaba hacia su laboratorio a seguir con ciertas investigaciones.

-Lord Ferdinard, ¿que tal si vamos a ver a Lady Rozemyne en vez de seguir con otra investigación?- mencionaba Justox viendo que tal vez el se volvería a enfrascar en la investigación que tenía en su laboratorio.

-Lo haré a la hora del té, por el momento, quisiera cubrir el olor de "ese" lugar con el de las hierbas y especias.-

Lord Ferdinard, sabía que él tenía cierto aroma que no quería que sintiera su esposa, un aroma que sólo estaba en ese calabozo y que el centro de investigación podía cubrir con su singular esencia.

Ferdinard se había encargado de cierta parte del Ducado que no quería que su protegida y frágil Myne visualizará, desde que se fundó Alexandria, el se había encargado del lado oscuro del dirigir un ducado, esto había crecido desde que ella fue su esposa ante el ojo del hombre. No permitiría que nadie y nada hiciera perecer la luz en los ojos de la mujer que amaba.

Tenía mucho que proteger, y ella era la parte esencial de ese deseo; no dejaría que ella supiera del otro lado de la moneda del Instituto de investigación; de esos él se podía encargar.

Sonaron las 5 campanadas, así que el dejo su investigación y se fue a donde el castillo, ahí en un jardín del mismo, se encontraba Rozemyne, tomando té bajo el sol de la tarde.

-¡Ferdinard! Has llegado, ven han preparado uno de tus portes favoritos- una alegre Rozemyne le recibía con una sonrisa sincera en su rostro, señalando el lugar que a el le correspondía ocupar.

"Sin duda alguna, no dejaré que tú te enteres de nada, querida."

Ferdinard sólo se sentaba a disfrutar de una agradable rutina que, como siempre lo hacia, le quitaba el sabor del oscuro lado de la moneda del Ducado de Alexandria.

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Aquí otro "capítulo" se podría decir... no se que es esto, podría decir que un one-shot, pero no se si esto tome relevancia en todo esto que estoy escribiendo. En fin.

¤ A veces me llega la inspiración y otras veces tengo bloqueo mental. Esto me llegó mientras veía un partido cerca de mi casa, no pregunten, mis pensamientos me llevaron del fútbol a lazenaves torturados.

▪Todos saben que la mente maestra que dirige a Alexandria entre las sombras es Ferdinard. Eso siempre se supo.

▪Al final deje ambiguo todo lo del experimento, pero ni se que experimentarán con los lazenaves. No quise definirlo.

▪Siento que si Rozemyne se enterara de este lugar terminaría desmayada.

Tengan buena semana, Bay.

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