22 | A Third World Date

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Benjamin echó la cabeza para atrás, apretando las sabanas de seda en sus manos y sintiendo la boca de Erick devorando su cuello.

— Mm, Erick... —jadeó, al mismo tiempo que la lengua del mayor recorría cada centímetro de su piel.

El morocho levantó la vista y ambos se miraron, haciendo que sus ojos se fusionen.

— ¿Estás seguro de esto? —preguntó el de barba, llevando su mano al rostro del rubio mientras la otra acariciaba su abdomen.

Ben sonrió, asintiendo y llevando manos a los hombros del hombre mayor.

— Claro que sí, Erick —susurró, dándole una pequeña sonrisa.

Erick esbozó una sonrisa y cortó la distancia entre ambos, pegando sus labios con los suyos y besándolo con gran pasión.

— Te amo... —murmuró Benjamin contra los labios del pelinegro.

Erick sonrió y acarició el rostro del modelo, sin dejar de besarlo.

— Yo...  —pero antes de que el hombre le responda, una voz lo interrumpió.

— ¡Erick! —Hannah gritó, haciendo resonar su voz en toda la habitación.

Erick rompió el beso y se alejó del rubio, sorprendiendo a este.

— Ya voy, cariño —dijo el morocho, levantándose de la cama.

— ¿Dónde vas? —preguntó Benjamin, mirándolo con confusión.

— ¿A dónde crees? Con mi novia. —respondió, haciendo que el menor sienta una fuerte opresión en el pecho— me está llamando.

— P-pero... —Benjamin comenzó a balbucear, las ganas de llorar se habían apoderado de él.

— A la que amo es a Hannah, no a ti —respondió Erick, dándole la espalda y comenzando a caminar hacia la puerta.

Benjamin se llevó la mano al pecho, sintiendo como esas palabras comprimían su corazón.

— No-no... —musitó, levantándose y agarrando la muñeca del mayor.

— Lo siento, Ben, debo irme con mi novia —dijo Erick, soltándose del agarre.

Benjamin cayó al suelo, viendo como el hombre se alejaba poco a poco.

— Vuelve... —musitó, sintiendo como las lágrimas comenzaban a caer.

— Lo siento, Benjamin... —contestó, saliendo de la habitación.

— No... —Ben negó con la cabeza y se dispuso a seguirlo, pero por más que corría, la puerta se iba haciendo cada vez más lejana.

Entonces empezó a correr, sintiendo como el hueco en su interior cada vez se hacía más grande.

— Vuelve, por favor... —pidió, casi sin aliento.

Ya no ocultaba los sollozos, los cuales sonaban por encima de la voz de Erick.

— Debo irme —la voz del morocho repetía lo mismo una y otra vez, y Benjamin solo corría y corría.

El rubio apretó los labios, sintiendo sus piernas arder.

— D-ebo alcanzarlo... —murmuró, casi sin aire.

Y cuando por llegó a la puerta, la imagen que vio lo destruyo. Era Erick con Hannah en sus brazos, casi a punto de besarse, pero antes de que sus labios hagan contacto, el hombre lo observó.

—  A la que amo es a Hannah, no a ti.

— ¡NO! —gritó Benjamin, levantándose abruptamente de la cama.

Stole My Heart | Novela |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora