El frío le picaba la piel desnuda entre los calcetines de lana hasta la mitad del muslo y el dobladillo de la falda del uniforme universitario. El frío no era demasiado fuerte, pero le moqueaba la nariz y le temblaban los brazos.
Apretó su chaqueta con fuerza, tratando de tranquilizar su respiración temblorosa y su alborotado corazón.
En esa casa Inuyasha le había presentado a sus padres y habían hecho el amor por primera vez. En esa casa había reído, discutido y bromeado, había estado segura de que aquella demora habría sido un refugio seguro durante mucho tiempo. Sin embargo, mirándola ahora, la que había sido su cuna de amor parecía una cáscara blanca y vacía.
Inuyasha la había engañado con su ex, la misma ex que juró haber olvidado. La había traicionado y luego, se había disculpado de manera brusca, haciéndose el ofendido como si fuera él la víctima y no ella. Ahora se hallaba parada enfrente de la casa donde quizás, los dos amantes se encontraban al borde de la pasión mientras que ella seguía ahí, con el corazón roto y sin fuerzas para irse.
Un joven alto y delgado pasó junto a ella y se acercó a la verja sacando las llaves para abrirla. Ver largo y liso cabello plateado del recién llegado la hizo sentir un miedo repentino, era tan similar a él, pero en el instante en que el chico levantó el rostro y la miró, supo que podía volver a respirar con calma. Era Sesshomaru el odiado medio hermano mayor de Inuyasha. Ella nunca había tenido la oportunidad de cruzar palabras con Sesshomaru. Y, las pocas veces que se había topado con él, este solamente la saludaba y luego se alejaba con aire desdeñoso.
Siempre le había parecido un chico hermoso, misterioso y seguro de sí mismo. Por un momento se sintió como una completa idiota por haberlo confundido con su maldito exnovio e inmediatamente se preguntó qué estaría pensando de ella mientras la atravesaba con esos ojos del mismo color oro que Inuyasha. Tan parecidos y diferentes.
La miraba fijamente, de seguro se estaba preguntando qué hacía ella allí, la misma pregunta que ella se estaba haciendo en ese momento. Intentó balbucear un saludo, pero se le quedó atascado en la garganta.
Y cuando pensó que Sesshomaru la había ignorado por completo, lo vio fruncir el ceño liberamente antes de iniciar hablar.
—Ya fue bastante tonto perder el tiempo con él. No continúes a malgastarlo sufriendo.
La dejó con la boca abierta, se esforzó por contener las lágrimas que le comenzaban a salir por las comisuras de los ojos, sus palabras la habían golpeado como si de un disparo de un rifle se tratase.
El joven no esperó a que ella le respondiera, abrió la puerta con movimientos rápidos y se deslizó dentro. Cuando estaba a punto de cerrar la puerta, Kagome saltó hacia adelante casi sin pensar.
—¡He-hey! —gritó ella. Su voz se escuchó ronca y aguda por el frío y la timidez, cosa que la hizo sentir más patética de lo que ya era.
En el momento en que Sesshomaru la miró nuevamente, Kagome pudo notar una pizca de desconcierto en su expresión distante y serena.
«Estúpida, estúpida, estúpida» Se insultó mentalmente.
¿Por qué lo había detenido? ¿Qué le diría ella ahora? ¿Qué tipo de mecanismo se había activado en su cerebro al escuchar esas palabras? Tal vez fue porque parecía que estaba insultando más a Inuyasha que ella... de todos modos, era mejor inventar algo rápido.
—Bu-bueno —comenzó a decir, tratando de ganar tiempo, puesto que no sabía qué excusa inventar hasta que le vino una idea muy vergonzosa. No tenía opción siendo esa la única excusa que se le había venido en mente.
»Vivo un poco distante y, quisiera poder usar el baño, ¿si es posible?
Sonrojada como una niña se obligó a sostener la mirada de Sesshomaru quien la miró por un largo rato antes de asentir y volverse hacia la puerta principal sin agregar nada más.
Insegura de sentirse más sorprendida por el éxito del plan o más asustada por no saber qué haría a continuación, Kagome lo siguió.
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Revenge Sex
FanfictionMiraba la casa frente a ella con los ojos llenos de lágrimas. No sabía qué la había guiado hasta allí, pero por el momento, lo único que sabía es que no quería irse.