𝙲𝚊𝚙𝚒í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟸: 𝙽𝚎𝚋𝚕𝚒𝚗𝚊

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                           【Valerian】

Una semana había pasado desde su regreso a New Orleans y los terrores nocturnos regresaron tan pronto como llegaba la noche.

Ese día se levanto muy temprano en la mañana, la noche anterior fue otra mas de insomnio, las nuevas pastillas para dormir habían resultado igual de inútiles que las demás, por eso siempre las mezclaba con una dosis de menta y lúpulo una vieja receta de familia que aseguraba un buen sueño. Lo que era improbable ya que hacia mucho dejo de esperar por ellos.

Hoy iba a regresar a ese lugar el comienzo de todo, hoy tenia la esperanza de encontrarlos y degollar a cada uno. Por fin sus padres tendrían un descanso adecuado en el otro mundo.

Empaco su arco, linterna y largas flechas con punta de plata. Se dirigía hacia la entrada, cuando paso por la cocina y vio su pequeña hermana quien se había subido en la mesada tratando en vano de agarrar cereales del estante superior.

El chico se las alcanzo, la pequeña le dedico una abierta sonrisa que revelaba la ausencia de uno de sus dientes.
-Gracias Val.

-¿Y Papa?- no le gustaba pronunciar esas palabras se sentían sucias en ese hombre, abrió la heladera, por lo general nunca comía ahí, siempre estaba rodeado de botellas de cerveza y el olor de cigarrillos que parecía estar impregnada en las cortinas y manteles.

La niña se encogió de hombros .Ella era completamente diferente de su hermano adoptivo, sus pestañas eran tan rubias que se mezclaban en su pálida tez, mientras valerian poseía un desordenado cabello azabache y piel dorada como su madre. Con su boca rellena de mermelada apunto su pegajoso dedo hacia arriba.

-Esta durmiendo -"Eso no es ninguna novedad" quiso decir valerian, pero no iba hacerlo, no iba ser el quien arruinara la imagen del padre de la pequeña Tess.

-Vamos agarra la mochila ,te dejare en la colegio.

La niña se metió al automóvil unos minutos después, Valerian condujo hasta el instituto y la dejo ahí. La pequeña Tess se bajo dando saltitos y abrazo a la maestra quien la guiaba hacia dentro. Deseaba intensamente que el incompetente de su padre no dañara cualquier rayo de sol que la niña tenia. Valerian no quería que terminara como el, consumido por el odio y tratando de recoger pedazos de su pasado queriendo encajarlos desesperadamente.

Luego se dirigió a los bosques ,llego la hora de enfrentar a esas abominaciones, le recorría el ansia de clavar un cuchillo en sus pechos y verlos suplicar. Por eso cuando vio rastros de pisadas en la tierra húmeda el éxtasis no hizo mas que crecer.

Pasó largas horas de su día a día en aprender a disparar con el arco, a direccionar la flecha para que el viento no cambiara su rumbo, sentir donde aterrizaría incluso antes de soltar la flecha. Llego un punto donde sentía que no era el mismo si no lo tenia.                                                           

Pudo haber hundido la flecha de plata en el corazón de esa chica si se lo proponía ,pero fallo apropósito. La necesitaba respirando para que le revelara el escondite de los suyos. Eso fue antes de darse cuenta de que no era un lobo. La herida de la chica no lucia de la misma manera que las de los lobos, ¿como se pudo permitir cometer semejante equivocación?Aún así no entendía como tenia el mismo olor que ellos.

La herencia de un buen cazador era el olfato y el era el mejor dotado. La chica apestaba a esas asquerosas criaturas.                                                                                                                                                 
Pensó en otra forma de averiguarlo tenia que sentir su pulso.El de los lobos era completamente diferente al de los humanos. La chica estaba aovillada en una esquina mirándolo, una ráfaga de culpa lo invadió. Pero desapareció tan rápido como vino ,la chica no lucia como una victima, no todas las personas salían al medio día a pasear por el bosque y esconderse tan hábilmente en unas enredaderas, el mismo no la hubiera sentido si no fuera por el olor que desprendía. Sabía que no era un lobo pero estaba seguro que esta sabia algo.
Después de ofrecerle una venda supo que no seria tan fácil sacarle información.  ¿Y si actuaba amigable? ¿Y si imitaba a esos chicos de su colegio con sonrisas despreocupadas? Eran de esas personas en quien era fácil confiar. Eso hizo y funciono. Se pregunto si se hubiera convertido en una de esas personas si aquella noche hace 10 años no ocurria.
La chica agarro su mano y este deslizo sus dedos en su muñeca ,se dijo que si era un mortal corriente y no hubiera visto tantas horribles cosas se hubiera espantado al verificar que Salem no tenia pulso alguno.

-Entonces ¿Hace cuanto vives aquí?

-Desde pequeña, cuándo mis padres fallecieron unos parientes me acogieron.

- Lo siento mucho- No lo sentía.

La chica mostro una leve sonrisa. Y vio como se hacia arruguitas en sus grandes ojos grises podía admitir que, para ser una posible farsante y que el hecho de que este relacionada con esas bestias era 97% probable, era endiablamente preciosa. Apartó la vista, no podía dejar que tan inútiles e innecesarios pensamientos tuvieran lugar en su cabeza solo necesitaba manipularla para sacarle información eso es todo.

-¿Tu cazas verdad?

-En realidad soy solo realmente excelente en arco y flecha.

-No tan bueno si no pudiste atraparme.

-Tal vez lo hice.

Estaban caminando cuando una flecha resbalo de la mochila de Valerian este la recogió y la punta le rozo el brazo y lo corto, había olvidado lo filosas que eran.
Lo siguiente que vio al regresar la vista a Salem fue que esta tenia su mano en su cuello y lo arrimo hasta el tronco de un árbol. Esos ojos de amables de oveja habían desaparecido y fue remplazada por unos intensos color carmesí. Podía saber lo que expresaban. "Hambre" se dijo el mismo había visto esa misma mirada en el espejo cada mañana.

-Me temo que vas necesitar mucho mas que eso para matarme vampiro.- dijo Valerian, quien ya sostenía una daga en el fino cuello de ella.

Cazadores de LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora