CAPÍTULO DOS

9 1 0
                                    

Los nervios me abruman, los últimos veinte minutos he mirado con insistencia la pantalla de mi teléfono, aun si esto es lo habitual al llegar los martes, sigo sin poder tranquilizarme. Miro a Nathan, claramente también está preocupado. Pasan diez minutos. El corazón que creía sufriría un ataque cardiaco vuelve a latir con tranquilidad, o así fue por algunos segundos, tan pronto noto algo extraño, mi cuerpo me hace correr hacia Hiroki. En cuanto estoy a su lado, mi sangre hierve. Un moretón cubre, casi en su totalidad, su mejilla derecha.

—¿Qué te ha pasado? —le pregunto mirándolo de arriba abajo—. ¿Tu hermano ha vuelto a pegarte?

No hay respuesta, solo miro como Hiroki alza su mano y se aferra a mi uniforme. Suspiro. Ante tal gesto no puedo hacer nada. Vuelvo a suspirar.

¿Cuánto más podrá Hiroki soportar esta situación?

¿Qué puedo hacer por alguien a quien su madre lo hiere con crueles palabras y su hermano lo golpea hasta dejarle doloras heridas?

Nathan y yo lo sabemos, nos hemos pasado años intentando aliviar el sufrimiento de Hiroki, intentando que las autoridades hagan algo, sin embargo, nuestros esfuerzos terminar por parecer inútiles. Como si fuéramos dos simples mocosos queriendo llamar la atención. Me frustra. Me irrita. Mi ser entero se siente impotente al no poder hacer más por proteger a la persona que más importante me es.

Con mi corazón intentando no colapsar, nos hemos puesto en camino al colegio. Caminar y conversar, son las dos actividades que cada semana repetimos. Nathan nos cuenta alguna historia o algunos chistes que vio publicado en alguna página de internet; yo hablo sobre nuestros planes para el fin de semana o algún tema referente al colegio y, Hiroki solo escucha y da un vago comentario sobre lo que decimos. Hemos tenido esta dinámica desde el día que nos conocimos. Cada uno pensamos cosas distintas, pero, al mismo tiempo, deseamos lo mismo, aliviar las inquietudes del contrario.

—¡Buenos días! —el eufórico saludo, hecho con la fuerza de quien acude a animar a su equipo de futbol favorito, es de Roxan, una de las pocas personas que ha sido capaz de simpatizar con este trio tan raramente particular—. ¿Hiroki, que te ha pasado? —pregunta mirando inquieta la hinchada mejilla de Hiroki, la cual ha pasado de un tono rojizo a uno morado.

Antes de animarse a dar una respuesta, Hiroki se me ha acercado y sujeta la parte baja de mi playera, pero sin hacerlo visible—. Me caí.

Suspiro. Doy una leve mirada por sobre mi hombro y lo contemplo con mirada desconcertada. Ya he perdido cuenta del número de mentiras que Hiroki ha dado. Aunque poseo conciencia de que él entiende que lo que le hace su familia está mal, puedo entender parte del motivo para permanecer callado, aunque me duela admitirlo.

La familia de Hiroki nunca ha sido funcional: nunca se ha tenido claridad, pero se sabe que su padre nunca estuvo en buenos pasos; su madre suele pensar únicamente en ella y mostrarse ante las demás personas como una buena persona, algo que contrasta demasiado a como es en realidad; por otra parte, su hermano Shoji, es un bullying en todo el significado de la palabra, constantemente agrede a Hiroki.

Pese a saber mejor que nadie, todo lo mal que esta su familia, Hiroki no posee más familia. Las únicas personas que tiene a su lado para soportarlo somos Nathan y yo, solo a nosotros dos nos ha permitido acceder a su corazón y dejarnos ver aquello que oculta a los demás.

Acompañados por Roxan, continuamos el camino a nuestro salón de clases.

El primer periodo transcurre como lo hace habitualmente. Para cuando llega la hora del descanso, nos dirigimos a la cafetería, hacemos fila y elegimos una mesa en donde comer. Esta vez hemos elegido una con vista al jardín. Nathan y Roxan han comenzado a hablar sobre un concierto que tendrá lugar este sábado, normalmente no tenemos muchos eventos de ese tipo en nuestra ciudad, es debido a ello que una gran mayoría aprovechan la oportunidad para pasarla bien y divertirse.

La dinámica del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora