Jiang Cheng recibe cartas anónima de alguien, solo sabe que son de alguno de sus amigos, al principio pensó que era una broma pero los lindos papeles púrpuras no dejan de aparecer en su mochila. Solo hay un inconveniente... ¿Cual de todos los idiota...
Era un día aburrido, como de costumbre fui el primero de mis hermanos en levantarse, en la mesada de la casa estaban la nota de mis padres avisando que estarían ausentes por trabajo, nada del otro mundo, lo normal.
Luego de hacer cafe para mantenerme despierto la mayor parte del día me dedique a jugar con mi teléfono esperando a que mi hermana se levantara y que Wei Ying aparecía medio zombie por la puerta de la cocina.
—Buenos días A-Cheng
—Buenos días A-Li, ¿El idiota está despierto?
—El vocabulario... Y no, aún duerme, puedes ir a despertarlo
Me encoji de hombros como respuesta y fui directamente al cuarto del que se supone era la artimaña que vivía con mi familia desde los 12 por el accidente de sus padres. Al llegar al cuarto vi al joven de 21 años moverse incómodo en la cama, se acercó para ver si se trataba de una pesadilla y tenía que despertarlo pero al ver de cerca no pudo contener la risa, era un sueño húmedo
—Nunca está de más ayudar...
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—TE ODIO JIANG WANYIN
—Yo solo te ayude, no es mi culpa.
—Me mojaste entero tirándome balde de agua helada, hay mejores formas de ayudar
—Ya deja de llorar, chicos diganle que no este molestando, yo solo quise ser amable
—Jiang es trampa hacerte el niño para que te des la razón, sabes que siempre te dan la razón así
—Wei Ying, silencio
La risa del grupo de amigos no tardó en hacerse escuchar mientras Wei Ying fruncia el ceño por que no le daban la razón. Yo solo le saque la lengua abrazándome a Xue Yang fingiendo inocencia.
Eramos un grupo de amigos bastante grande pero cinco iban a curso mayores así que no se encontraban con nosotros en ese momento, al igual que Wen Ning y Xuan Yu misteriosamente se habían enfermado así que de los normalmente 12, éramos solo 5 en el lugar.
Fuimos a la clase cuando note una pequeña nota en mi pupitre, mire extrañado a mis amigos y ellos solo se encogieron de hombros dando a entender que no sabían que era, la tomé viendo que era una nota para mi...
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—Nuestra pequeña bola de maldad tiene pretendientes...
