Hay otra forma

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Gluskin no vino lo que restó del día. La lluvia dejó de caer a media tarde, pero el cielo se mantuvo nublado. Si tuviera al menos un analgésico podría soportar mejor el dolor de mi pie. Todo ese tiempo estuve a la expectativa de qué iba a hacerme Eddie después de lo que le dije. Tuve miedo de que llegara en cualquier momento a sedarme y llevarme a esa horrible sala de torturas, pero no lo hizo.

El silencio y la frialdad de esa oscura habitación eran casi opresivos. En momentos tuve algunos flashes con esas imágenes extrañas, a las que fui sometido durante la "terapia" que me indujeron los científicos de Murkoff. Espero que esto no le afecte a mi cabeza. No quiero acabar como todos aquí.

Eddie llegó casi al anochecer, pero solo abrió la puerta fugazmente y metió la mano para dejar una bandeja con comida en un mueble cercano, luego cerró. Sin embargo pude ver su sombra por la rendija de debajo de la puerta. Me levanté y caminé como pude hacia la bandeja, pues de verdad tenía hambre. Noté que Gluskin seguía ahí afuera sin hacer ruido, eso me perturbó un poco.

–¿Eddie...? –lo llamé.

–¿Sí, cariño? –respondió casi al instante.

Menos mal, aún me llama "cariño". Eso demuestra que no está enojado aunque no entiendo porque no quiere verme. Tampoco es que me importe.

–Gracias... –dije– Por la comida.

–No tienes que agradecer, mi amor. Es mi deber cuidarte.

Ya no hablé más y miré los alimentos. Era un plato con un pedazo de carne y verduras de esas de lata y un vaso con agua. Tomé este último y me bebí toda el agua a grandes tragos. Me pareció raro que Eddie no se fuera. ¿Y si le puso algo a la comida? ¿Un sedante tal vez? ¿y está esperando a que caiga dormido para llevarme a la cirugía? Además ¿De dónde había sacado carne...? Todas esas preguntas me hicieron perder el apetito al instante, volví sobre mis pasos y me senté de nuevo sobre la camilla. Únicamente me bebí el agua y si puso un sedante espero que no haya estado ahí.

Al poco tiempo Eddie abrió la puerta y miró la bandeja. Al notar que no toqué nada entró a la habitación.

–¿No vas a comer? –preguntó comenzando a molestarse.

–No tengo hambre... –contesté temeroso– Deben ser los nervios de la boda.

–Debes de comer. ¿O acaso estás despreciando lo que hago para ti?

–¡N-No! Solo...

Eddie tomó el plato y me lo acercó mirándome furioso, tenía que pensar en algo para que no me obligara a comer eso. El solo pensar que era carne humana me causó náuseas.

–Come –ordenó Eddie.

–Y-Yo... no quiero engordar... –dije como lo haría una chica acomplejada con su peso– ¿Y si ya no me queda el vestido?

–Te puedo arreglar el vestido las veces que sean necesarias.

–¡No se trata de eso! Tal vez... Tal vez tú ya no me veas hermosa.

–Después de que te haga la cirugía serás hermosa siempre.

Ya no pude protestar cuando me agarró las dos mejillas con una mano forzándome a abrir la boca, con la otra tomó el pedazo de carne e intentó hacer que lo tragara. Asustado, me sacudí para zafarme pero lo único que conseguí fue golpearme el tobillo lastimado y el dolor fue incontenible. Eddie me soltó cuando vio que comencé a llorar, tal vez creyendo que él me había hecho daño.

–¡Oh por Dios! ¡Lo siento querida! –se disculpó– ¡Pero si tú también me amas como dices deberías al menos intentar luchar por nuestro amor!

Quise contestarle pero no pude. El dolor era tan intenso que no podía dejar de sollozar apretando los dientes, mientras me frotaba con cuidado el tobillo adolorido. Igual no tiene sentido nada de lo que dice, para qué pierdo mi tiempo intentando hacer razonar a este loco.

–¿Qué le pusiste a la comida? –hablé sobreponiéndome al dolor. 

–Solo un somnífero –contestó– Te ayudará a dormir y cuando despiertes… serás perfecta.

Lo sabía. Él no quería que se repitiera lo de antes. Cuando ese tipo se abalanzó sobre él y lo golpeó y yo pude escapar. No sé quién haya sido, pero le debo mi vida… y honestamente, se necesitan muchos huevos para atreverse a golpear a Eddie. ¿Qué habrá sido de él? ¿Habría logrado escapar o Eddie lo mató? Espero que esté bien dónde quiera que esté.

Limpié mis lágrimas y miré a Eddie a los ojos. Tenía que inventar algo para salvarme de aquella operación. Se me hizo un poco raro que no me rociara con el gas como hizo antes, pero supongo que en su mente de "buen esposo" eso fue un trato muy brusco hacia su mujer… así que decidió hacer algo más sutil esta vez, poniendo el sedante en la comida. Entonces tuve una idea.

–Eddie… hay otra forma para que yo sea perfecta –le dije. Él me miró confundido.

–¿Cómo?

–Sí… yo… los doctores inventaron un suero especial… si lo bebo, arreglará las partes de mi cuerpo que están mal… y seré perfecta.

Hice una pausa para mirar la expresión de su rostro. Pareció creérselo y bueno… si esos bastardos pudieron crear al Walrider, no me sorprendería que también pudieran hacer algo así si quisieran. Su tecnología es capaz de todo.

–¿Dónde está ese suero? –preguntó Eddie interesado.

–En un laboratorio que está abajo de todo esto –respondí, pero él pareció desagradado al escuchar eso. ¿Recordaría el laboratorio y lo que le hicieron?

–Mmh… No me gusta ese lugar –dijo– No quiero ir ahí.

–Oh, no tienes que ir si no quieres. Yo podría-

–No. Ni pensarlo. No te vas a separar de mí ahora que nos hemos encontrado.

–Bueno, podríamos ir juntos.

–¿Y dejar nuestro hogar?

–Volveremos.

Eddie ya no dijo nada, se me quedó mirando mientras meditaba todo eso. Si accedía esa era mi vía de escape, yo conocía el laboratorio a la perfección y podría encontrar una salida fácilmente. 

Al ver que él no decía nada opté por otro tipo de persuasión. No me gustaba nada lo que iba a hacer y decir, pero era necesario. Estiré mis brazos hacia él y los coloqué alrededor de su cuello acortando la distancia entre ambos. Pude notar lo nervioso que se puso al tenerme tan cerca… aunque yo también lo estaba.

–Es más rápido que la cirugía. –le aseguré– Porque… si me operas, tendré que estar en reposo un tiempo y nuestra boda se retrasará… Yo… yo no quiero esperar… estoy ansioso ¡ansiosa! de casarme contigo…. De tener a nuestros hijos. Por favor Eddie.

Él me miraba sin saber cómo reaccionar. Recargué la cabeza sobre su hombro y lo miré con ojos de cachorro a medio morir, como hacía Lisa esas veces que quería conseguir alguna tontería. Funcionó. Eddie besó mi frente y con ternura respondió:

–Está bien, cariño.

–Está bien, cariño

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2021 ⏰

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THE GOOD BRIDE (Outlast Eddie x Waylon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora