Single Ticket.

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Y cada día era más monótono, más común. Mi trabajo en la estación...bueno, me daba para comer y las necesidades básicas. Lo único que me ataba allí era ese chico de ojos azules que pasaba delante de mí todos los días.

Siempre acababa comprando el ticket en la cabina de Ana...pero sinceramente, me daba igual con tal de verlo. Estaba sumido en mis pensamientos como normalmente, aburrido, encerrado.

Pero de repente, llegó. El chico vino y me pidió un ticket, con una voz sencillamente angelical. Todo el tiempo que llevaba trabajando allí (desde los 16) había sido duro, pero el verle me daba ánimos siempre. Y allí estaba yo, tan perdido en sus ojos que él tuvo que chascar sus dedos delante de mí.

Me sonrojé y pedí su DNI, aunque no hiciera falta, solo para saber el nombre del chico que me miraba con expresión graciosa. Era tan bonito.

Louis...lindo nombre, pensé. Medité en pedir su número, pero soy demasiado tímido, así que solo le di su ticket y le observé marcharse.

Al final del día, el mismo chico volvió, como todos los días. Era el mismo recorrido. Por la mañana, sobre las diez, él compraba un ticket y se montaba en el tren, para volver a la hora del fin de mi turno. Siempre era así. Siempre pasaba de mí. Pero esta vez me sonrió y yo me quedé petrificado.

Me puse mi jersey y salí a la calle, para subir en el bus e irme a casa, para descansar. Todo esto debía ser un sueño. No podía ser real, no podía sentirse así de real.

Al día siguiente, el mismo chico apareció, tan sonriente como el día anterior. No entendía que le había hecho cambiar de opinión, seguramente le gustaría Ana y me querría preguntar sobre como ligar con ella, por ser compañeros de trabajo.

Aunque odiara a esa perra.

-Hola...-dije, de la forma más vergonzosa que jamás haya habido. Que suene exagerado, me da igual. Así lo sentí.-B-bonito gorro...

Louis se sonrojó, ¡le hice sonrojar! y miró sus manos, nervioso -Gracias...-susurró -Bonitos ojos.

Saqué mi sonrisa con hoyuelos de guarnición y le brindé un sonriente gracias -Tu ticket. -Le tendí este y nuestras manos rozaron. Una corriente eléctrica pasó por todo mi cuerpo, haciéndome estremecer.

Ambos nos miramos, sorprendidos -¿Qué fue eso? -dijo, con la mano muy cerca de la mía, todavía.

Lo notó...¿lo notó como yo?

-Su-supongo que un calambre...hasta luego, Louis.

-¿Cómo sabes mi nombre? ¿Acaso te conoz...? -no pudo terminar, ya que un molesto señor quería comprar ya su ticket. Maldita gente con prisas.

-Uh...el DNI -titubeé -Lo siento pero tienen que pasar...

-¿Cuál es el tuyo?

-Oh ¡vamos, muévase!

Louis solo suspiró -Adiós, niño bonito -sonrió y se despidió con la mano.

Me dijo niño bonito...

Y así transcurrió el día, dando tickets, uno tras otro. Cuando salí me despedí de Ana, por mucho que la odiara, la educación está ante todo.

-Adiós, Ana -ella ni se dignó a mirarme, pero yo estaba feliz. Aunque fuera poco lo que el chico misterioso y yo habíamos hablado, algo habíamos dicho.

Iba caminando por la calle, no me apetecía coger el autobús. Era una noche silenciosa, no es que hubiera muchos transeúntes por la calle.

-¡Espera! -oí que gritaban detrás de mí.

Single Day [One shots Larry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora