Tal vez suficiente

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Tal vez si maldices lo suficiente él te regresará la intensidad.

Tal vez si lo haces reír lo suficiente él se olvidara de los demás.

Y tal vez, solo tal vez, si beben lo suficiente conseguirás algo de él.

El licor se oxida amargo en tu lengua, apuestas a que sabe dulce en la suya, no hay forma de que sea de otra manera, no si es él.

Bailas en círculos en la sala, tal vez así puedas ganar su atención.

El vestido es ligero y da vueltas junto contigo, la tela casi te hace sentir como un pastelillo, tal vez, si tienes suerte, lucirás lo suficientemente familiar, un muffin. No crees que la tengas.

El vestido no cierra de la espalda, no hecho para una complexión masculina, no te importa y esperas que no le importe. No es como si lo dijera algo de todas formas.

-Es diferente -su voz se oye un poco arrastrada por el alcohol, jugando con su dialecto.

Muchas cosas son diferentes desde que lo conociste, incluso si lo intentaras no crees que podrías poner un dedo en la forma que te mantienes en constante cambio cuando estas a su lado.

-¿Qué exactamente? -tarareas sin prestar mucha atención.

-El vestido, es diferente al de la última vez.

Última cita, quieres corregir, pero que caso tendría, él no lo ve de esa forma y tu no tienes las agallas de decirlo en voz alta, no cuando todo es tan tranquilo, casi perfecto.

-Solo, solo pensé que era raro para alguien que siempre usa el mismo gorro, no es que tenga nada de malo o -su voz suena inquieta, casi temblorosa, nervioso de que te haya hecho enojar, no crees que sea capaz de hacerlo incluso si lo intentara.

-Tengo un par de vestidos más -interrumpes sus divagaciones.

Dejas de girar lentamente, tratando de no caer. Caer no estaría tan mal, solo si él te atrapa, claro.

-¿Quieres verlos?

No sabes qué esperas de eso, nada tal vez, es más de lo que consigues últimamente.

-Me encantaría.

Aguamiel para tus oídos, suave y empalagoso.

Te acercas a su posición en el sofá, le extiendes la mano, él la toma y con la otra mano toma el licor dulce que había estado tomando, es casi demasiado fácil guiarlo arriba, aún con algunos tropezones de por medio.

Tu habitación en un pequeño desastre, está bien, no le deja otra alternativa que sentarse en el borde de la cama, te gusta como se ve así, apenas iluminado con las lámparas de mesa, casi como si ahí perteneciera.

-Tu cama es muy suave -su voz suena distraída, trazando las sábanas con las manos.

-Podría ser tuya.

-No podría quitarte la cama ¿Dónde dormirías?

Tarareas en reconocimiento, te preguntas cómo ha sobrevivido tanto tiempo siendo tan ajeno. Te volteas al armario y sacas uno de tus vestidos, uno amarillo, es casi demasiado ajustado, no importa. No crees que nunca le importes.

Te quitas el vestido blanco, poco a poco, haces un pequeño espectáculo, volteas ansioso de una reacción, él está volteando a otro lado, por supuesto que lo está, él es un caballero después de todo, es una verdadera lastima.

Te deslizas en el vestido, hace mucho que no te lo ponías, tal vez un poco demasiado ajustado, crees que es perfecto para la ocasión.

Es casi divertido verlo tratar de espiar si ya es seguro mirar, cuando te ve completamente vestido parece un poco más relajado.

『𝓽𝓪𝓵 𝓿𝓮𝔃 』【𝑸𝒖𝒂𝒄𝒌𝑯𝒂𝒍𝒐】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora