El cursor tintineante es el testigo inconsciente de lo que nadie conoce. La confusión en su mente es una herramienta cruel y golpeante que emerge del silencioso ambiente nocturno en su solitario lugar favorito.
Luego de una pausa obligatoria, pero voluntaria, tiene motivos renovados que impulsan sus ganas de testimoniar a su favor mediante historias. Ha vuelto a reír con todo el aire le permiten sus pulmones y han desecho el llanto diluyendolo en alegrías.
Ha vuelto a andar. El camino que le guía es una es una senda desconocida en constante y continua construcción. El destino final: una nueva vida terminada. Todo ha empezado con un reto, se ha retado a sí mismo a seguir arriesgando minutos, a evadir el final, a inventar un diario inicio de lo que nunca ha dejado de soñar.
